|
Índice:
[
1 | 2
| 3 | 4
| 5 | 6
| 7 | 8
| 9 | 10
| 11 |
12 | 13 ]
-
PABLO,
apóstol de Jesucristo por la
voluntad de Dios, y Timoteo el
hermano, á la iglesia de Dios que
está en Corinto, juntamente con
todos los santos que están por toda
la Acaya:
-
Gracia y
paz á vosotros de Dios nuestro
Padre, y del Señor Jesucristo.
-
Bendito
sea el Dios y Padre del Señor
Jesucristo, el Padre de
misericordias, y el Dios de toda
consolación,
-
El cual
nos consuela en todas nuestras
tribulaciones, para que podamos
también nosotros consolar á los que
están en cualquiera angustia, con la
consolación con que nosotros somos
consolados de Dios.
-
Porque
de la manera que abundan en nosotros
las aflicciones de Cristo, así
abunda también por el mismo Cristo
nuestra consolación.
-
Mas si
somos atribulados, es por vuestra
consolación y salud; la cual es
obrada en el sufrir las mismas
aflicciones que nosotros también
padecemos: ó si somos consolados, es
por vuestra consolación y salud;
-
Y
nuestra esperanza de vosotros es
firme; estando ciertos que como sois
compañeros de las aflicciones, así
también lo sois de la consolación.
-
Porque
hermanos, no queremos que ignoréis
de nuestra tribulación que nos fué
hecha en Asia; que sobremanera
fuimos cargados sobre nuestras
fuerzas de tal manera que
estuviésemos en duda de la vida.
-
Mas
nosotros tuvimos en nosotros mismos
respuesta de muerte, para que no
confiemos en nosotros mismos, sino
en Dios que levanta los muertos:
-
El cual
nos libró y libra de tanta muerte;
en el cual esperamos que aun nos
librará;
-
Ayudándonos también vosotros con
oración por nosotros, para que por
la merced hecha á nos por respeto de
muchos, por muchos sean hechas
gracias por nosotros.
-
Porque
nuestra gloria es esta: el
testimonio de nuestra conciencia,
que con simplicidad y sinceridad de
Dios, no con sabiduría carnal, mas
con la gracia de Dios, hemos
conversado en el mundo, y muy más
con vosotros.
-
Porque
no os escribimos otras cosas de las
que leéis, ó también conocéis: y
espero que aun hasta el fin las
conoceréis:
-
Como
también en parte habéis conocido que
somos vuestra gloria, así como
también vosotros la nuestra, para el
día del Señor Jesús.
-
Y con
esta confianza quise primero ir á
vosotros, para que tuvieseis una
segunda gracia;
-
Y por
vosotros pasar á Macedonia, y de
Macedonia venir otra vez á vosotros,
y ser vuelto de vosotros á Judea.
-
Así que,
pretendiendo esto, ¿usé quizá de
liviandad? ó lo que pienso hacer, ¿piénsolo
según la carne, para que haya en mí
Sí y No?
-
Antes,
Dios fiel sabe que nuestra palabra
para con vosotros no es Sí y No.
-
Porque
el Hijo de Dios, Jesucristo, que por
nosotros ha sido entre vosotros
predicado, por mí y Silvano y
Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha
sido Sí en él.
-
Porque
todas las promesas de Dios son en él
Sí, y en él Amén, por nosotros á
gloria de Dios.
-
Y el que
nos confirma con vosotros en Cristo,
y el que nos ungió, es Dios;
-
El cual
también nos ha sellado, y dado la
prenda del Espíritu en nuestros
corazones.
-
Mas yo
llamo á Dios por testigo sobre mi
alma, que por ser indulgente con
vosotros no he pasado todavía á
Corinto.
-
No que
nos enseñoreemos de vuestra fe, mas
somos ayudadores de vuestro gozo:
porque por la fe estáis firmes.
-
ESTO
pues determiné para conmigo, no
venir otra vez á vosotros con
tristeza.
-
Porque
si yo os contristo, ¿quién será
luego el que me alegrará, sino aquel
á quien yo contristare?
-
Y esto
mismo os escribí, porque cuando
llegare no tenga tristeza sobre
tristeza de los que me debiera
gozar; confiando en vosotros todos
que mi gozo es el de todos vosotros.
-
Porque
por la mucha tribulación y angustia
del corazón os escribí con muchas
lágrimas; no para que fueseis
contristados, mas para que supieseis
cuánto más amor tengo para con
vosotros.
-
Que si
alguno me contristó, no me contristó
á mí, sino en parte, por no
cargaros, á todos vosotros.
-
Bástale
al tal esta reprensión hecha de
muchos;
-
Así que,
al contrario, vosotros más bien lo
perdonéis y consoléis, porque no sea
el tal consumido de demasiada
tristeza.
-
Por lo
cual os ruego que confirméis el amor
para con él.
-
Porque
también por este fin os escribí,
para tener experiencia de vosotros
si sois obedientes en todo.
-
Y al que
vosotros perdonareis, yo también:
porque también yo lo que he
perdonado, si algo he perdonado, por
vosotros lo he hecho en persona de
Cristo;
-
Porque
no seamos engañados de Satanás: pues
no ignoramos sus maquinaciones.
-
Cuando
vine á Troas para el evangelio de
Cristo, aunque me fué abierta puerta
en el Señor,
-
No tuve
reposo en mi espíritu, por no haber
hallado á Tito mi hermano: así,
despidiéndome de ellos, partí para
Macedonia.
-
Mas á
Dios gracias, el cual hace que
siempre triunfemos en Cristo Jesús,
y manifiesta el olor de su
conocimiento por nosotros en todo
lugar.
-
Porque
para Dios somos buen olor de Cristo
en los que se salvan, y en los que
se pierden:
-
A éstos
ciertamente olor de muerte para
muerte; y á aquéllos olor de vida
para vida. Y para estas cosas ¿quién
es suficiente?
-
Porque
no somos como muchos, mercaderes
falsos de la palabra de Dios: antes
con sinceridad, como de Dios,
delante de Dios, hablamos en Cristo.
-
¿COMENZAMOS otra vez á alabarnos á
nosotros mismos? ¿ó tenemos
necesidad, como algunos, de letras
de recomendación para vosotros, ó de
recomendación de vosotros?
-
Nuestras
letras sois vosotros, escritas en
nuestros corazones, sabidas y leídas
de todos los hombres;
-
Siendo
manifiesto que sois letra de Cristo
administrada de nosotros, escrita no
con tinta, mas con el Espíritu del
Dios vivo; no en tablas de piedra,
sino en tablas de carne del corazón.
-
Y tal
confianza tenemos por Cristo para
con Dios:
-
No que
seamos suficientes de nosotros
mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra
suficiencia es de Dios;
-
El cual
asimismo nos hizo ministros
suficientes de un nuevo pacto: no de
la letra, mas del espíritu; porque
la letra mata, mas el espíritu
vivifica.
-
Y si el
ministerio de muerte en la letra
grabado en piedras, fué con gloria,
tanto que los hijos de Israel no
pudiesen poner los ojos en la faz de
Moisés á causa de la gloria de su
rostro, la cual había de perecer,
-
¿Cómo no
será más bien con gloria el
ministerio del espíritu?
-
Porque
si el ministerio de condenación fué
con gloria, mucho más abundará en
gloria el ministerio de justicia.
-
Porque
aun lo que fué glorioso, no es
glorioso en esta parte, en
comparación de la excelente gloria.
-
Porque
si lo que perece tuvo gloria, mucho
más será en gloria lo que permanece.
-
Así que,
teniendo tal esperanza, hablamos con
mucha confianza;
-
Y no
como Moisés, que ponía un velo sobre
su faz, para que los hijos de Israel
no pusiesen los ojos en el fin de lo
que había de ser abolido.
-
Empero
los sentidos de ellos se embotaron;
porque hasta el día de hoy les queda
el mismo velo no descubierto en la
lección del antiguo testamento, el
cual por Cristo es quitado.
-
Y aun
hasta el día de hoy, cuando Moisés
es leído, el velo está puesto sobre
el corazón de ellos.
-
Mas
cuando se convirtieren al Señor, el
velo se quitará.
-
Porque
el Señor es el Espíritu; y donde hay
el Espíritu del Señor, allí hay
libertad.
-
Por
tanto, nosotros todos, mirando á
cara descubierta como en un espejo
la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en
la misma semejanza, como por el
Espíritu del Señor.
-
POR lo
cual teniendo nosotros esta
administración según la misericordia
que hemos alcanzado, no desmayamos;
-
Antes
quitamos los escondrijos de
vergüenza, no andando con astucia,
ni adulterando la palabra de Dios,
sino por manifestación de la verdad
encomendándonos á nosotros mismos á
toda conciencia humana delante de
Dios.
-
Que si
nuestro evangelio está aún
encubierto, entre los que se pierden
está encubierto:
-
En los
cuales el dios de este siglo cegó
los entendimientos de los
incrédulos, para que no les
resplandezca la lumbre del evangelio
de la gloria de Cristo, el cual es
la imagen de Dios.
-
Porque
no nos predicamos á nosotros mismos,
sino á Jesucristo, el Señor; y
nosotros vuestros siervos por Jesús.
-
Porque
Dios, que mandó que de las tinieblas
resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones,
para iluminación del conocimiento de
la gloria de Dios en la faz de
Jesucristo.
-
Tenemos
empero este tesoro en vasos de
barro, para que la alteza del poder
sea de Dios, y no de nosotros:
-
Estando
atribulados en todo, mas no
angustiados; en apuros, mas no
desesperamos;
-
Perseguidos, mas no desamparados;
abatidos, mas no perecemos;
-
Llevando
siempre por todas partes la muerte
de Jesús en el cuerpo, para que
también la vida de Jesús sea
manifestada en nuestros cuerpos.
-
Porque
nosotros que vivimos, siempre
estamos entregados á muerte por
Jesús, para que también la vida de
Jesús sea manifestada en nuestra
carne mortal.
-
De
manera que la muerte obra en
nosotros, y en vosotros la vida.
-
Empero
teniendo el mismo espíritu de fe,
conforme á lo que está escrito:
Creí, por lo cual también hablé:
nosotros también creemos, por lo
cual también hablamos;
-
Estando
ciertos que el que levantó al Señor
Jesús, á nosotros también nos
levantará por Jesús, y nos pondrá
con vosotros.
-
Porque
todas estas cosas padecemos por
vosotros, para que abundando la
gracia por muchos, en el hacimiento
de gracias sobreabunde á gloria de
Dios.
-
Por
tanto, no desmayamos: antes aunque
este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior empero se
renueva de día en día.
-
Porque
lo que al presente es momentáneo y
leve de nuestra tribulación, nos
obra un sobremanera alto y eterno
peso de gloria;
-
No
mirando nosotros á las cosas que se
ven, sino á las que no se ven:
porque las cosas que se ven son
temporales, mas las que no se ven
son eternas.
-
PORQUE
sabemos, que si la casa terrestre de
nuestra habitación se deshiciere,
tenemos de Dios un edificio, una
casa no hecha de manos, eterna en
los cielos.
-
Y por
esto también gemimos, deseando ser
sobrevestidos de aquella nuestra
habitación celestial;
-
Puesto
que en verdad habremos sido hallados
vestidos, y no desnudos.
-
Porque
asimismo los que estamos en este
tabernáculo, gemimos agravados;
porque no quisiéramos ser
desnudados; sino sobrevestidos, para
que lo mortal sea absorbido por la
vida.
-
Mas el
que nos hizo para esto mismo, es
Dios; el cual nos ha dado la prenda
del Espíritu.
-
Así que
vivimos confiados siempre, y
sabiendo, que entre tanto que
estamos en el cuerpo, peregrinamos
ausentes del Señor;
-
(Porque
por fe andamos, no por vista;)
-
Mas
confiamos, y más quisiéramos partir
del cuerpo, y estar presentes al
Señor.
-
Por
tanto procuramos también, ó
ausentes, ó presentes, serle
agradables:
-
Porque
es menester que todos nosotros
parezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba
según lo que hubiere hecho por medio
del cuerpo, ora sea bueno ó malo.
-
Estando
pues poseídos del temor del Señor,
persuadimos á los hombres, mas á
Dios somos manifiestos; y espero que
también en vuestras conciencias
somos manifiestos.
-
No nos
encomendamos pues otra vez á
vosotros, sino os damos ocasión de
gloriaros por nosotros, para que
tengáis qué responder contra los que
se glorían en las apariencias, y no
en el corazón.
-
Porque
si loqueamos, es para Dios; y si
estamos en seso, es para vosotros.
-
Porque
el amor de Cristo nos constriñe,
pensando esto: Que si uno murió por
todos, luego todos son muertos;
-
Y por
todos murió, para que los que viven,
ya no vivan para sí, mas para aquel
que murió y resucitó por ellos.
-
De
manera que nosotros de aquí adelante
á nadie conocemos según la carne: y
aun si á Cristo conocimos según la
carne, empero ahora ya no le
conocemos.
-
De modo
que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es: las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.
-
Y todo
esto es de Dios, el cual nos
reconcilió á sí por Cristo; y nos
dió el ministerio de la
reconciliación.
-
Porque
ciertamente Dios estaba en Cristo
reconciliando el mundo á sí, no
imputándole sus pecados, y puso en
nosotros la palabra de la
reconciliación.
-
Así que,
somos embajadores en nombre de
Cristo, como si Dios rogase por
medio nuestro; os rogamos en nombre
de Cristo: Reconciliaos con Dios.
-
Al que
no conoció pecado, hizo pecado por
nosotros, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él.
-
Y ASÍ
nosotros, como ayudadores juntamente
con él, os exhortamos también á que
no recibáis en vano la gracia de
Dios,
-
En
tiempo aceptable te he oído, Y en
día de salud te he socorrido: he
aquí ahora el tiempo aceptable; he
aquí ahora el día de salud:)
-
No dando
á nadie ningún escándalo, porque el
ministerio nuestro no sea
vituperado:
-
Antes
habiéndonos en todas cosas como
ministros de Dios, en mucha
paciencia, en tribulaciones, en
necesidades, en angustias;
-
En
azotes, en cárceles, en alborotos,
en trabajos, en vigilias, en ayunos;
-
En
castidad, en ciencia, en
longanimidad, en bondad, en Espíritu
Santo, en amor no fingido;
-
En
palabra de verdad, en potencia de
Dios, en armas de justicia á diestro
y á siniestro;
-
Por
honra y por deshonra, por infamia y
por buena fama; como engañadores,
mas hombres de verdad;
-
Como
ignorados, mas conocidos; como
muriendo, mas he aquí vivimos; como
castigados, mas no muertos;
-
Como
doloridos, mas siempre gozosos; como
pobres, mas enriqueciendo á muchos;
como no teniendo nada, mas
poseyéndolo todo.
-
Nuestra
boca está abierta á vosotros, oh
Corintios: nuestro corazón es
ensanchado.
-
No
estáis estrechos en nosotros, mas
estáis estrechos en vuestras propias
entrañas.
-
Pues,
para corresponder al propio modo
(como á hijos hablo), ensanchaos
también vosotros.
-
No os
juntéis en yugo con los infieles:
porque ¿qué compañía tienes la
justicia con la injusticia? ¿y qué
comunión la luz con las tinieblas?
-
¿Y qué
concordia Cristo con Belial? ¿ó qué
parte el fiel con el infiel?
-
¿Y qué
concierto el templo de Dios con los
ídolos? porque vosotros sois el
templo del Dios viviente, como Dios
dijo: Habitaré y andaré en ellos; y
seré el Dios de ellos, y ellos serán
mi pueblo.
-
Por lo
cual Salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor, Y no
toquéis lo inmundo; Y yo os
recibiré,
-
Y seré á
vosotros Padre, Y vosotros me seréis
á mí hijos é hijas, dice el Señor
Todopoderoso.
-
ASÍ que,
amados, pues tenemos tales promesas,
limpiémonos de toda inmundicia de
carne y de espíritu, perfeccionando
la santificación en temor de Dios.
-
Admitidnos: á nadie hemos injuriado,
á nadie hemos corrompido, á nadie
hemos engañado.
-
No para
condenar os lo digo; que ya he dicho
antes que estáis en nuestros
corazones, para morir y para vivir
juntamente.
-
Mucha
confianza tengo de vosotros, tengo
de vosotros mucha gloria; lleno
estoy de consolación, sobreabundo de
gozo en todas nuestras
tribulaciones.
-
Porque
aun cuando vinimos á Macedonia,
ningún reposo tuvo nuestra carne;
antes, en todo fuimos atribulados:
de fuera, cuestiones; de dentro,
temores.
-
Mas
Dios, que consuela á los humildes,
nos consoló con la venida de Tito:
-
Y no
sólo con su venida, sino también con
la consolación con que él fué
consolado acerca de vosotros,
haciéndonos saber vuestro deseo
grande, vuestro lloro, vuestro celo
por mí, para que así me gozase más.
-
Porque
aunque os contristé por la carta, no
me arrepiento, bien que me
arrepentí; porque veo que aquella
carta, aunque por algún tiempo os
contristó,
-
Ahora me
gozo, no porque hayáis sido
contristados, sino porque fuisteis
contristados para arrepentimiento;
porque habéis sido contristados
según Dios, para que ninguna pérdida
padecieseis por nuestra parte.
-
Porque
el dolor que es según Dios, obra
arrepentimiento saludable, de que no
hay que arrepentirse; mas el dolor
del siglo obra muerte.
-
Porque
he aquí, esto mismo que según Dios
fuisteis contristados, cuánta
solicitud ha obrado en vosotros, y
aun defensa, y aun enojo, y aun
temor, y aun gran deseo, y aun celo,
y aun vindicación. En todo os habéis
mostrado limpios en el negocio.
-
Así que,
aunque os escribí, no fué por causa
del que hizo la injuria, ni por
causa del que la padeció, mas para
que os fuese manifiesta nuestra
solicitud que tenemos por vosotros
delante de Dios.
-
Por
tanto, tomamos consolación de
vuestra consolación: empero mucho
más nos gozamos por el gozo de Tito,
que haya sido recreado su espíritu
de todos vosotros.
-
Pues si
algo me he gloriado para con él de
vosotros, no he sido avergonzado;
antes, como todo lo que habíamos
dicho de vosotros era con verdad,
así también nuestra gloria delante
de Tito fué hallada verdadera.
-
Y sus
entrañas son más abundantes para con
vosotros, cuando se acuerda de la
obediencia de todos vosotros, de
cómo lo recibisteis con temor y
temblor.
-
Me gozo
de que en todo estoy confiado de
vosotros.
-
ASIMISMO, hermanos, os hacemos saber
la gracia de Dios que ha sido dada á
las iglesias de Macedonia:
-
Que en
grande prueba de tribulación, la
abundancia de su gozo y su profunda
pobreza abundaron en riquezas de su
bondad.
-
Pues de
su grado han dado conforme á sus
fuerzas, yo testifico, y aun sobre
sus fuerzas;
-
Pidiéndonos con muchos ruegos, que
aceptásemos la gracia y la
comunicación del servicio para los
santos.
-
Y no
como lo esperábamos, mas aun á sí
mismos se dieron primeramente al
Señor, y á nosotros por la voluntad
de Dios.
-
De
manera que exhortamos á Tito, que
como comenzó antes, así también
acabe esta gracia entre vosotros
también.
-
Por
tanto, como en todo abundáis, en fe,
y en palabra, y en ciencia, y en
toda solicitud, y en vuestro amor
para con nosotros, que también
abundéis en esta gracia.
-
No hablo
como quien manda, sino para poner á
prueba, por la eficacia de otros, la
sinceridad también de la caridad
vuestra.
-
Porque
ya sabéis la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, que por amor de vosotros
se hizo pobre, siendo rico; para que
vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos.
-
Y en
esto doy mi consejo; porque esto os
conviene á vosotros, que
comenzasteis antes, no sólo á
hacerlo, mas aun á quererlo desde el
año pasado.
-
Ahora
pues, llevad también á cabo el
hecho, para que como estuvisteis
prontos á querer, así también lo
estéis en cumplir conforme á lo que
tenéis.
-
Porque
si primero hay la voluntad pronta,
será acepta por lo que tiene, no por
lo que no tiene.
-
Porque
no digo esto para que haya para
otros desahogo, y para vosotros
apretura;
-
Sino
para que en este tiempo, con
igualdad, vuestra abundancia supla
la falta de ellos, para que también
la abundancia de ellos supla vuestra
falta, porque haya igualdad;
-
Como
está escrito: El que recogió mucho,
no tuvo más; y el que poco, no tuvo
menos.
-
Empero
gracias á Dios que dió la misma
solicitud por vosotros en el corazón
de Tito.
-
Pues á
la verdad recibió la exhortación;
mas estando también muy solícito, de
su voluntad partió para vosotros.
-
Y
enviamos juntamente con él al
hermano cuya alabanza en el
evangelio es por todas las iglesias;
-
Y no
sólo esto, mas también fué ordenado
por las iglesias el compañero de
nuestra peregrinación para llevar
esta gracia, que es administrada de
nosotros para gloria del mismo
Señor, y para demostrar vuestro
pronto ánimo:
-
Evitando
que nadie nos vitupere en esta
abundancia que ministramos;
-
Procurando las cosas honestas, no
sólo delante del Señor, mas aun
delante de los hombres.
-
Enviamos
también con ellos á nuestro hermano,
al cual muchas veces hemos
experimentado diligente, mas ahora
mucho más con la mucha confianza que
tiene en vosotros.
-
Ora en
orden á Tito, es mi compañero y
coadjutor para con vosotros; ó
acerca de nuestros hermanos, los
mensajeros son de las iglesias, y la
gloria de Cristo.
-
Mostrad
pues, para con ellos á la faz de las
iglesias la prueba de vuestro amor,
y de nuestra gloria acerca de
vosotros.
-
PORQUE
cuanto á la suministración para los
santos, por demás me es escribiros;
-
Pues
conozco vuestro pronto ánimo, del
cual me glorío yo entre los de
Macedonia, que Acaya está apercibida
desde el año pasado; y vuestro
ejemplo ha estimulado á muchos.
-
Mas he
enviado los hermanos, porque nuestra
gloria de vosotros no sea vana en
esta parte; para que, como lo he
dicho, estéis apercibidos;
-
No sea
que, si vinieren conmigo Macedonios,
y os hallaren desapercibidos, nos
avergoncemos nosotros, por no decir
vosotros, de este firme gloriarnos.
-
Por
tanto, tuve por cosa necesaria
exhortar á los hermanos que fuesen
primero á vosotros, y apresten
primero vuestra bendición antes
prometida para que esté aparejada
como de bendición, y no como de
mezquindad.
-
Esto
empero digo: El que siembra
escasamente, también segará
escasamente; y el que siembra en
bendiciones, en bendiciones también
segará.
-
Cada uno
dé como propuso en su corazón: no
con tristeza, ó por necesidad;
porque Dios ama el dador alegre.
-
Y
poderoso es Dios para hacer que
abunde en vosotros toda gracia; á
fin de que, teniendo siempre en
todas las cosas todo lo que basta,
abundéis para toda buena obra:
-
Como
está escrito: Derramó, dió á los
pobres; Su justicia permanece para
siempre.
-
Y el que
da simiente al que siembra, también
dará pan para comer, y multiplicará
vuestra sementera, y aumentará los
crecimientos de los frutos de
vuestra justicia;
-
Para que
estéis enriquecidos en todo para
toda bondad, la cual obra por
nosotros hacimiento de gracias á
Dios.
-
Porque
la suministración de este servicio,
no solamente suple lo que á los
santos falta, sino también abunda en
muchos hacimientos de gracias á
Dios:
-
Que por
la experiencia de esta
suministración glorifican á Dios por
la obediencia que profesáis al
evangelio de Cristo, y por la bondad
de contribuir para ellos y para
todos;
-
Asimismo
por la oración de ellos á favor
vuestro, los cuales os quieren á
causa de la eminente gracia de Dios
en vosotros.
-
Gracias
á Dios por su don inefable.
-
EMPERO
yo Pablo, os ruego por la
mansedumbre y modestia de Cristo, yo
que presente ciertamente soy bajo
entre vosotros, mas ausente soy
confiado entre vosotros:
-
Ruego
pues, que cuando estuviere presente,
no tenga que ser atrevido con la
confianza con que estoy en ánimo de
ser resuelto para con algunos, que
nos tienen como si anduviésemos
según la carne.
-
Pues
aunque andamos en la carne, no
militamos según la carne.
-
(Porque
las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios
para la destrucción de fortalezas;)
-
Destruyendo consejos, y toda altura
que se levanta contra la ciencia de
Dios, y cautivando todo intento á la
obediencia, de Cristo;
-
Y
estando prestos para castigar toda
desobediencia, cuando vuestra
obediencia fuere cumplida.
-
Miráis
las cosas según la apariencia. Si
alguno está confiado en sí mismo que
es de Cristo, esto también piense
por sí mismo, que como él es de
Cristo, así también nosotros somos
de Cristo.
-
Porque
aunque me glorié aun un poco de
nuestra potestad (la cual el Señor
nos dió para edificación y no para
vuestra destrucción), no me
avergonzaré;
-
Porque
no parezca como que os quiero
espantar por cartas.
-
Porque á
la verdad, dicen, las cartas son
graves y fuertes; mas la presencia
corporal flaca, y la palabra
menospreciable.
-
Esto
piense el tal, que cuales somos en
la palabra por cartas estando
ausentes, tales seremos también en
hechos, estando presentes.
-
Porque
no osamos entremeternos ó
compararnos con algunos que se
alaban á sí mismos: mas ellos,
midiéndose á sí mismos por sí
mismos, y comparándose consigo
mismos no son juiciosos.
-
Nosotros
empero, no nos gloriaremos fuera de
nuestra medida, sino conforme á la
medida de la regla, de la medida que
Dios nos repartió, para llegar aun
hasta vosotros.
-
Porque
no nos extendemos sobre nuestra
medida, como si no llegásemos hasta
vosotros: porque también hasta
vosotros hemos llegado en el
evangelio de Cristo:
-
No
gloriándonos fuera de nuestra medida
en trabajos ajenos; mas teniendo
esperanza del crecimiento de vuestra
fe, que seremos muy engrandecidos
entre vosotros, conforme á nuestra
regla.
-
Y que
anunciaremos el evangelio en los
lugares más allá de vosotros, sin
entrar en la medida de otro para
gloriarnos en lo que ya estaba
aparejado.
-
Mas el
que se gloría, gloríese en el Señor.
-
Porque
no el que se alaba á sí mismo, el
tal es aprobado; mas aquel á quien
Dios alaba.
-
OJALA
toleraseis un poco mi locura; empero
toleradme.
-
Pues que
os celo con celo de Dios; porque os
he desposado á un marido, para
presentaros como una virgen pura á
Cristo.
-
Mas temo
que como la serpiente engaño á Eva
con su astucia, sean corrompidos así
vuestros sentidos en alguna manera,
de la simplicidad que es en Cristo.
-
Porque
si el que viene, predicare otro
Jesús que el que hemos predicado, ó
recibiereis otro espíritu del que
habéis recibido, ú otro evangelio
del que habéis aceptado, lo
sufrierais bien.
-
Cierto
pienso que en nada he sido inferior
á aquellos grandes apóstoles.
-
Porque
aunque soy basto en la palabra,
empero no en la ciencia: mas en todo
somos ya del todo manifiestos á
vosotros.
-
¿Pequé
yo humillándome á mí mismo, para que
vosotros fueseis ensalzados, porque
os he predicado el evangelio de Dios
de balde?
-
He
despojado las otras iglesias,
recibiendo salario para ministraros
á vosotros.
-
Y
estando con vosotros y teniendo
necesidad, á ninguno fuí carga;
porque lo que me faltaba, suplieron
los hermanos que vinieron de
Macedonia: y en todo me guardé de
seros gravoso, y me guardaré.
-
Es la
verdad de Cristo en mí, que esta
gloria no me será cerrada en las
partes de Acaya.
-
¿Por
qué? ¿porque no os amo? Dios lo
sabe.
-
Mas lo
que hago, haré aún, para cortar la
ocasión de aquellos que la desean, á
fin de que en aquello que se
glorían, sean hallados semejantes á
nosotros.
-
Porque
éstos son falsos apóstoles, obreros
fraudulentos, trasfigurándose en
apóstoles de Cristo.
-
Y no es
maravilla, porque el mismo Satanás
se transfigura en ángel de luz.
-
Así que,
no es mucho si también sus ministros
se transfiguran como ministros de
justicia; cuyo fin será conforme á
sus obras.
-
Otra vez
digo: Que nadie me estime ser loco;
de otra manera, recibidme como á
loco, para que aun me gloríe yo un
poquito.
-
Lo que
hablo, no lo hablo según el Señor,
sino como en locura, con esta
confianza de gloria.
-
Pues que
muchos se glorían según la carne,
también yo me gloriaré.
-
Porque
de buena gana toleráis los necios,
siendo vosotros sabios:
-
Porque
toleráis si alguno os pone en
servidumbre, si alguno os devora, si
alguno toma, si alguno se ensalza,
si alguno os hiere en la cara.
-
Dígolo
cuanto á la afrenta, como si
nosotros hubiésemos sido flacos.
Empero en lo que otro tuviere osadía
(hablo con locura), también yo tengo
osadía.
-
¿Son
Hebreos? yo también. ¿Son
Israelitas? yo también. ¿Son
simiente de Abraham? también yo.
-
¿Son
ministros de Cristo? (como poco
sabio hablo) yo más: en trabajos más
abundante; en azotes sin medida; en
cárceles más; en muertes, muchas
veces.
-
De los
judíos cinco veces he recibido
cuarenta azotes menos uno.
-
Tres
veces he sido azotado con varas; una
vez apedreado; tres veces he
padecido naufragio; una noche y un
día he estado en lo profundo de la
mar;
-
En
caminos muchas veces, peligros de
ríos, peligros de ladrones, peligros
de los de mi nación, peligros de los
Gentiles, peligros en la ciudad,
peligros en el desierto, peligros en
la mar, peligros entre falsos
hermanos;
-
En
trabajo y fatiga, en muchas
vigilias, en hambre y sed, en muchos
ayunos, en frío y en desnudez;
-
Sin
otras cosas además, lo que sobre mí
se agolpa cada día, la solicitud de
todas las iglesias.
-
¿Quién
enferma, y yo no enfermo? ¿Quién se
escandaliza, y yo no me quemo?
-
Si es
menester gloriarse, me gloriaré yo
de lo que es de mi flaqueza.
-
El Dios
y Padre del Señor nuestro
Jesucristo, que es bendito por
siglos, sabe que no miento.
-
En
Damasco, el gobernador de la
provincia del rey Aretas guardaba la
ciudad de los Damascenos para
prenderme;
-
Y fui
descolgado del muro en un serón por
una ventana, y escapé de sus manos.
-
CIERTO
no me es conveniente gloriarme; mas
vendré á las visiones y á las
revelaciones del Señor.
-
Conozco
á un hombre en Cristo, que hace
catorce años (si en el cuerpo, no lo
sé; si fuera del cuerpo, no lo sé:
Dios lo sabe) fué arrebatado hasta
el tercer cielo.
-
Y
conozco tal hombre, (si en el
cuerpo, ó fuera del cuerpo, no lo
sé: Dios lo sabe,)
-
Que fué
arrebatado al paraíso, donde oyó
palabras secretas que el hombre no
puede decir.
-
De este
tal me gloriaré, mas de mí mismo
nada me gloriaré, sino en mis
flaquezas.
-
Por lo
cual si quisiere gloriarme, no seré
insensato: porque diré verdad:
empero lo dejo, porque nadie piense
de mí más de lo que en mí ve, ú oye
de mí.
-
Y porque
la grandeza de las revelaciones no
me levante descomedidamente, me es
dado un aguijón en mi carne, un
mensajero de Satanás que me
abofetee, para que no me enaltezca
sobremanera.
-
Por lo
cual tres veces he rogado al Señor,
que se quite de mí.
-
Y me ha
dicho: Bástate mi gracia; porque mi
potencia en la flaqueza se
perfecciona. Por tanto, de buena
gana me gloriaré más bien en mis
flaquezas, porque habite en mí la
potencia de Cristo.
-
Por lo
cual me gozo en las flaquezas, en
afrentas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias por
Cristo; porque cuando soy flaco,
entonces soy poderoso.
-
Heme
hecho un necio en gloriarme:
vosotros me constreñisteis; pues yo
había de ser alabado de vosotros:
porque en nada he sido menos que los
sumos apóstoles, aunque soy nada.
-
Con todo
esto, las señales de apóstol han
sido hechas entre vosotros en toda
paciencia, en señales, y en
prodigios, y en maravillas.
-
Porque
¿qué hay en que habéis sido menos
que las otras iglesias, sino en que
yo mismo no os he sido carga?
Perdonadme esta injuria.
-
He aquí
estoy aparejado para ir á vosotros
la tercera vez, y no os seré
gravoso; porque no busco vuestras
cosas, sino á vosotros: porque no
han de atesorar los hijos para los
padres sino los padres para los
hijos.
-
Empero
yo de muy buena gana despenderé y
seré despendido por vuestras almas,
aunque amándoos más, sea amado
menos.
-
Mas sea
así, yo no os he agravado: sino que,
como soy astuto, os he tomado por
engaño.
-
¿Acaso
os he engañado por alguno de los que
he enviado á vosotros?
-
Rogué á
Tito, y envié con él al hermano. ¿Os
engañó quizá Tito? ¿no hemos
procedido con el mismo espíritu y
por las mismas pisadas?
-
¿Pensáis
aún que nos excusamos con vosotros?
Delante de Dios en Cristo hablamos:
mas todo, muy amados, por vuestra
edificación.
-
Porque
temo que cuando llegare, no os halle
tales como quiero, y yo sea hallado
de vosotros cual no queréis; que
haya entre vosotros contiendas,
envidias, iras, disensiones,
detracciones, murmuaciones,
elaciones, bandos:
-
Que
cuando volviere, me humille Dios
entre vosotros, y haya de llorar por
muchos de los que antes habrán
pecado, y no se han arrepentido de
la inmundicia y fornicación y
deshonestidad que han cometido.
-
ESTA
tercera vez voy á vosotros. En la
boca de dos ó de tres testigos
consistirá todo negocio.
-
He dicho
antes, y ahora digo otra vez como
presente, y ahora ausente lo escribo
á los que antes pecaron, y á todos
los demás, que si voy otra vez, no
perdonaré;
-
Pues
buscáis una prueba de Cristo que
habla en mí, el cual no es flaco
para con vosotros, antes es poderoso
en vosotros.
-
Porque
aunque fué crucificado por flaqueza,
empero vive por potencia de Dios.
Pues también nosotros somos flacos
con él, mas viviremos con él por la
potencia de Dios para con vosotros.
-
Examinaos á vosotros mismos si
estáis en fe; probaos á vosotros
mismos. ¿No os conocéis á vosotros
mismos, que Jesucristo está en
vosotros? si ya no sois reprobados.
-
Mas
espero que conoceréis que nosotros
no somos reprobados.
-
Y oramos
á Dios que ninguna cosa mala hagáis;
no para que nosotros seamos hallados
aprobados, mas para que vosotros
hagáis lo que es bueno, aunque
nosotros seamos como reprobados.
-
Porque
ninguna cosas podemos contra la
verdad, sino por la verdad.
-
Por lo
cual nos gozamos que seamos nosotros
flacos, y que vosotros estéis
fuertes; y aun deseamos vuestra
perfección.
-
Por
tanto os escribo esto ausente, por
no tratar presente con dureza,
conforme á la potestad que el Señor
me ha dado para edificación, y no
para destrucción.
-
Resta,
hermanos, que tengáis gozo, seáis
perfectos, tengáis consolación,
sintáis una misma cosa, tengáis paz;
y el Dios de paz y de caridad será
con vosotros.
-
Saludaos
los unos á los otros con ósculo
santo.
-
Todos
los santos os saludan.
-
La
gracia del Señor Jesucristo, y el
amor de Dios, y la participación del
Espíritu Santo sea con vosotros
todos. Amén. Epístola á los
Corintios fué enviada de Filipos de
Macedonia con Tito y Lucas.
|