|
Índice:
[
1 | 2
| 3 | 4
| 5 ]
-
LO que
era desde el principio, lo que hemos
oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos mirado,
y palparon nuestras manos tocante al
Verbo de vida;
-
(Porque
la vida fué manifestada, y vimos, y
testificamos, y os anunciamos
aquella vida eterna, la cual estaba
con el Padre, y nos ha aparecido;)
-
Lo que
hemos visto y oído, eso os
anunciamos, para que también
vosotros tengáis comunión con
nosotros: y nuestra comunión
verdaderamente es con el Padre, y
con su Hijo Jesucristo.
-
Y estas
cosas os escribimos, para que
vuestro gozo sea cumplido.
-
Y este
es el mensaje que oímos de él, y os
anunciamos: Que Dios es luz, y en él
no hay ningunas tinieblas.
-
Si
nosotros dijéremos que tenemos
comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no hacemos la
verdad;
-
Mas si
andamos en luz, como él está en luz,
tenemos comunión entre nosotros, y
la sangre de Jesucristo su Hijo nos
limpia de todo pecado.
-
Si
dijéremos que no tenemos pecado, nos
engañamos á nosotros mismos, y no
hay verdad en nosotros.
-
Si
confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para que nos perdone
nuestros pecados, y nos limpie de
toda maldad.
-
Si
dijéremos que no hemos pecado, lo
hacemos á él mentiroso, y su palabra
no está en nosotros.
-
HIJITOS
míos, estas cosas os escribo, para
que no pequéis; y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el
Padre, á Jesucristo el justo;
-
Y él es
la propiciación por nuestros
pecados: y no solamente por los
nuestros, sino también por los de
todo el mundo.
-
Y en
esto sabemos que nosotros le hemos
conocido, si guardamos sus
mandamientos.
-
El que
dice, Yo le he conocido, y no guarda
sus mandamientos, el tal es
mentiroso, y no hay verdad en él;
-
Mas el
que guarda su palabra, la caridad de
Dios está verdaderamente perfecta en
él: por esto sabemos que estamos en
él.
-
El que
dice que está en él, debe andar como
él anduvo.
-
Hermanos, no os escribo mandamiento
nuevo, sino el mandamiento antiguo
que habéis tenido desde el
principio: el mandamiento antiguo es
la palabra que habéis oído desde el
principio.
-
Otra vez
os escribo un mandamiento nuevo, que
es verdadero en él y en vosotros;
porque las tinieblas son pasadas, y
la verdadera luz ya alumbra.
-
El que
dice que está en luz, y aborrece á
su hermano, el tal aun está en
tinieblas todavía.
-
El que
ama á su hermano, está en luz, y no
hay tropiezo en él.
-
Mas el
que aborrece á su hermano, está en
tinieblas, y anda en tinieblas, y no
sabe á donde va; porque las
tinieblas le han cegado los ojos.
-
Os
escribo á vosotros, hijitos, porque
vuestros pecados os son perdonados
por su nombre.
-
Os
escribo á vosotros, padres, porque
habéis conocido á aquel que es desde
el principio. Os escribo á vosotros,
mancebos, porque habéis vencido al
maligno. Os escribo á vosotros,
hijitos, porque habéis conocido al
Padre.
-
Os he
escrito á vosotros, padres, porque
habéis conocido al que es desde el
principio. Os he escrito á vosotros,
mancebos, porque sois fuertes, y la
palabra de Dios mora en vosotros, y
habéis vencido al maligno.
-
No améis
al mundo, ni las cosas que están en
el mundo. Si alguno ama al mundo, el
amor del Padre no está en él.
-
Porque
todo lo que hay en el mundo, la
concupiscencia de la carne, y la
concupiscencia de los ojos, y la
soberbia de la vida, no es del
Padre, mas es del mundo.
-
Y el
mundo se pasa, y su concupiscencia;
mas el que hace la voluntad de Dios,
permanece para siempre.
-
Hijitos,
ya es el último tiempo: y como
vosotros habéis oído que el
anticristo ha de venir, así también
al presente han comenzado á ser
muchos anticristos; por lo cual
sabemos que es el último tiempo.
-
Salieron
de nosotros, mas no eran de
nosotros; porque si fueran de
nosotros, hubieran cierto
permanecido con nosotros; pero
salieron para que se manifestase que
todos no son de nosotros.
-
Mas
vosotros tenéis la unción del Santo,
y conocéis todas las cosas.
-
No os he
escrito como si ignoraseis la
verdad, sino como á los que la
conocéis, y que ninguna mentira es
de la verdad.
-
¿Quién
es mentiroso, sino el que niega que
Jesús es el Cristo? Este tal es
anticristo, que niega al Padre y al
Hijo.
-
Cualquiera que niega al Hijo, este
tal tampoco tiene al Padre.
Cualquiera que confiese al Hijo
tiene también al Padre.
-
Pues lo
que habéis oído desde el principio,
sea permaneciente en vosotros. Si lo
que habéis oído desde el principio
fuere permaneciente en vosotros,
también vosotros permaneceréis en el
Hijo y en el Padre.
-
Y esta
es la promesa, la cual él nos
prometió, la vida eterna.
-
Os he
escrito esto sobre los que os
engañan.
-
Pero la
unción que vosotros habéis recibido
de él, mora en vosotros, y no tenéis
necesidad que ninguno os enseñe; mas
como la unción misma os enseña de
todas cosas, y es verdadera, y no es
mentira, así como os ha enseñado,
perseveraréis en él.
-
Y ahora,
hijitos, perseverad en él; para que
cuando apareciere, tengamos
confianza, y no seamos confundidos
de él en su venida.
-
Si
sabéis que él es justo, sabed
también que cualquiera que hace
justicia, es nacido de él.
-
MIRAD
cuál amor nos ha dado el Padre, que
seamos llamados hijos de Dios: por
esto el mundo no nos conoce, porque
no le conoce á él.
-
Muy
amados, ahora somos hijos de Dios, y
aun no se ha manifestado lo que
hemos de ser; pero sabemos que
cuando él apareciere, seremos
semejantes á él, porque le veremos
como él es.
-
Y
cualquiera que tiene esta esperanza
en él, se purifica, como él también
es limpio.
-
Cualquiera que hace pecado, traspasa
también la ley; pues el pecado es
transgresión de la ley.
-
Y sabéis
que él apareció para quitar nuestros
pecados, y no hay pecado en él.
-
Cualquiera que permanece en él, no
peca; cualquiera que peca, no le ha
visto, ni le ha conocido.
-
Hijitos,
no os engañe ninguno: el que hace
justicia, es justo, como él también
es justo.
-
El que
hace pecado, es del diablo; porque
el diablo peca desde el principio.
Para esto apareció el Hijo de Dios,
para deshacer las obras del diablo.
-
Cualquiera que es nacido de Dios, no
hace pecado, porque su simiente está
en él; y no puede pecar, porque es
nacido de Dios.
-
En esto
son manifiestos los hijos de Dios, y
los hijos del diablo: cualquiera que
no hace justicia, y que no ama á su
hermano, no es de Dios.
-
Porque,
este es el mensaje que habéis oído
desde el principio: Que nos amemos
unos á otros.
-
No como
Caín, que era del maligno, y mató á
su hermano. ¿Y por qué causa le
mató? Porque sus obras eran malas, y
las de su hermano justas.
-
Hermanos
míos, no os maravilléis si el mundo
os aborrece.
-
Nosotros
sabemos que hemos pasado de muerte á
vida, en que amamos á los hermanos.
El que no ama á su hermano, está en
muerte.
-
Cualquiera que aborrece á su
hermano, es homicida; y sabéis que
ningún homicida tiene vida eterna
permaneciente en sí.
-
En esto
hemos conocido el amor, porque él
puso su vida por nosotros: también
nosotros debemos poner nuestras
vidas por los hermanos.
-
Mas el
que tuviere bienes de este mundo, y
viere á su hermano tener necesidad,
y le cerrare sus entrañas, ¿cómo
está el amor de Dios en él?
-
Hijitos
míos, no amemos de palabra ni de
lengua, sino de obra y en verdad.
-
Y en
esto conocemos que somos de la
verdad, y tenemos nuestros corazones
certificados delante de él.
-
Porque
si nuestro corazón nos reprendiere,
mayor es Dios que nuestro corazón, y
conoce todas las cosas.
-
Carísimos, si nuestro corazón no nos
reprende, confianza tenemos en Dios;
-
Y
cualquier cosa que pidiéremos, la
recibiremos de él, porque guardamos
sus mandamientos, y hacemos las
cosas que son agradables delante de
él.
-
Y éste
es su mandamiento: Que creamos en el
nombre de su Hijo Jesucristo, y nos
amemos unos á otros como nos lo ha
mandado.
-
Y el que
guarda sus mandamientos, está en él,
y él en él. Y en esto sabemos que él
permanece en nosotros, por el
Espíritu que nos ha dado.
-
AMADOS,
no creáis á todo espíritu, sino
probad los espíritus si son de Dios;
porque muchos falsos profetas son
salidos en el mundo.
-
En esto
conoced el Espíritu de Dios: todo
espíritu que confiesa que Jesucristo
es venido en carne es de Dios:
-
Y todo
espíritu que no confiesa que
Jesucristo es venido en carne, no es
de Dios: y éste es el espíritu del
anticristo, del cual vosotros habéis
oído que ha de venir, y que ahora ya
está en el mundo.
-
Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los habéis
vencido; porque el que en vosotros
está, es mayor que el que está en el
mundo.
-
Ellos
son del mundo; por eso hablan del
mundo, y el mundo los oye.
-
Nosotros
somos de Dios: el que conoce á Dios,
nos oye: el que no es de Dios, no
nos oye. Por esto conocemos el
espíritu de verdad y el espíritu de
error.
-
Carísimos, amémonos unos á otros;
porque el amor es de Dios.
Cualquiera que ama, es nacido de
Dios, y conoce á Dios.
-
El que
no ama, no conoce á Dios; porque
Dios es amor.
-
En esto
se mostró el amor de Dios para con
nosotros, en que Dios envió á su
Hijo unigénito al mundo, para que
vivamos por él.
-
En esto
consiste el amor: no que nosotros
hayamos amado á Dios, sino que él
nos amó á nosotros, y ha enviado á
su Hijo en propiciación por nuestros
pecados.
-
Amados,
si Dios así nos ha amado, debemos
también nosotros amarnos unos á
otros.
-
Ninguno
vió jamás á Dios. Si nos amamos unos
á otros, Dios está en nosotros, y su
amor es perfecto en nosotros:
-
En esto
conocemos que estamos en él, y él en
nosotros, en que nos ha dado de su
Espíritu.
-
Y
nosotros hemos visto y testificamos
que el Padre ha enviado al Hijo para
ser Salvador del mundo.
-
Cualquiera que confesare que Jesús
es el Hijo de Dios, Dios está en él,
y él en Dios.
-
Y
nosotros hemos conocido y creído el
amor que Dios tiene para con
nosotros. Dios es amor; y el que
vive en amor, vive en Dios, y Dios
en él.
-
En esto
es perfecto el amor con nosotros,
para que tengamos confianza en el
día del juicio; pues como él es, así
somos nosotros en este mundo.
-
En amor
no hay temor; mas el perfecto amor
echa fuera el temor: porque el temor
tiene pena. De donde el que teme, no
está perfecto en el amor.
-
Nosotros
le amamos á él, porque él nos amó
primero.
-
Si
alguno dice, Yo amo á Dios, y
aborrece á su hermano, es mentiroso.
Porque el que no ama á su hermano al
cual ha visto, ¿cómo puede amar á
Dios á quien no ha visto?
-
Y
nosotros tenemos este mandamiento de
él: Que el que ama á Dios, ame
también á su hermano.
-
TODO
aquel que cree que Jesús es el
Cristo, es nacido de Dios: y
cualquiera que ama al que ha
engendrado, ama también al que es
nacido de él.
-
En esto
conocemos que amamos á los hijos de
Dios, cuando amamos á Dios, y
guardamos sus mandamientos.
-
Porque
este es el amor de Dios, que
guardemos sus mandamientos; y sus
mandamientos no son penosos.
-
Porque
todo aquello que es nacido de Dios
vence al mundo: y esta es la
victoria que vence al mundo, nuestra
fe.
-
¿Quién
es el que vence al mundo, sino el
que cree que Jesús es el Hijo de
Dios?
-
Este es
Jesucristo, que vino por agua y
sangre: no por agua solamente, sino
por agua y sangre. Y el Espíritu es
el que da testimonio: porque el
Espírtiu es la verdad.
-
Porque
tres son los que dan testimonio en
el cielo, el Padre, el Verbo, y el
Espíritu Santo: y estos tres son
uno.
-
Y tres
son los que dan testimonio en la
tierra, el Espíritu, y el agua, y la
sangre: y estos tres concuerdan en
uno.
-
Si
recibimos el testimonio de los
hombres, el testimonio de Dios es
mayor; porque éste es el testimonio
de Dios, que ha testificado de su
Hijo.
-
El que
cree en el Hijo de Dios, tiene el
testimonio en sí mismo: el que no
cree á Dios, le ha hecho mentiroso;
porque no ha creído en el testimonio
que Dios ha testificado de su Hijo.
-
Y este
es el testimonio: Que Dios nos ha
dado vida eterna; y esta vida está
en su Hijo.
-
El que
tiene al Hijo, tiene al vida: el que
no tiene la Hijo de Dios, no tiene
la vida.
-
Estas
cosas he escrito á vosotros que
creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepáis que tenéis
vida eterna, y para que creáis en el
nombre del Hijo de Dios.
-
Y esta
es la confianza que tenemos en él,
que si demandáremos alguna cosa
conforme á su voluntad, él nos oye.
-
Y si
sabemos que él nos oye en cualquiera
cosa que demandáremos, sabemos que
tenemos las peticiones que le
hubiéremos demandado.
-
Si
alguno viere cometer á su hermano
pecado no de muerte, demandará y se
le dará vida; digo á los que pecan
no de muerte. Hay pecado de muerte,
por el cual yo no digo que ruegue.
-
Toda
maldad es pecado; mas hay pecado no
de muerte.
-
Sabemos
que cualquiera que es nacido de
Dios, no peca; mas el que es
engendrado de Dios, se guarda á sí
mismo, y el maligno no le toca.
-
Sabemos
que somos de Dios, y todo el mundo
está puesto en maldad.
-
Empero
sabemos que el Hijo de Dios es
venido, y nos ha dado entendimiento
para conocer al que es verdadero: y
estamos en el verdadero, en su Hijo
Jesucristo. Este es el verdadero
Dios, y la vida eterna.
-
Hijitos,
guardaos de los ídolos. Amén.
|