|
Índice:
[
1 | 2
| 3 | 4
| 5 | 6
| 7 | 8
| 9 | 10
| 11 |
12 | 13 |
14 | 15
| 16 ]
-
PABLO,
llamado á ser apóstol de Jesucristo
por la voluntad de Dios, y Sóstenes
el hermano,
-
A la
iglesia de Dios que está en Corinto,
santificados en Cristo Jesús,
llamados santos, y á todos los que
invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo en cualquier lugar, Señor
de ellos y nuestro:
-
Gracia y
paz de Dios nuestro Padre, y del
Señor Jesucristo.
-
Gracias
doy á mi Dios siempre por vosotros,
por la gracia de Dios que os es dada
en Cristo Jesús;
-
Que en
todas las cosas sois enriquecidos en
él, en toda lengua y en toda
ciencia;
-
Así como
el testimonio de Cristo ha sido
confirmado en vosotros:
-
De tal
manera que nada os falte en ningún
don, esperando la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo:
-
El cual
también os confirmará hasta el fin,
para que seáis sin falta en el día
de nuestro Señor Jesucristo.
-
Fiel es
Dios, por el cual sois llamados á la
participación de su Hijo Jesucristo
nuestro Señor.
-
Os ruego
pues, hermanos, por el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, que
habléis todos una misma cosa, y que
no haya entre vosotros disensiones,
antes seáis perfectamente unidos en
una misma mente y en un mismo
parecer.
-
Porque
me ha sido declarado de vosotros,
hermanos míos, por los que son de
Cloé, que hay entre vosotros
contiendas;
-
Quiero
decir, que cada uno de vosotros
dice: Yo cierto soy de Pablo; pues
yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de
Cristo.
-
¿Está
dividido Cristo? ¿Fué crucificado
Pablo por vosotros? ¿ó habéis sido
bautizados en el nombre de Pablo?
-
Doy
gracias á Dios, que á ninguno de
vosotros he bautizado, sino á Crispo
y á Gayo;
-
Para que
ninguno diga que habéis sido
bautizados en mi nombre.
-
Y
también bauticé la familia de
Estéfanas: mas no sé si he bautizado
algún otro.
-
Porque
no me envió Cristo á bautizar, sino
á predicar el evangelio: no en
sabiduría de palabras, porque no sea
hecha vana la cruz de Cristo.
-
Porque
la palabra de la cruz es locura á
los que se pierden; mas á los que se
salvan, es á saber, á nosotros, es
potencia de Dios.
-
Porque
está escrito: Destruiré la sabiduría
de los sabios, Y desecharé la
inteligencia de los entendidos.
-
¿Qué es
del sabio? ¿qué del escriba? ¿qué
del escudriñador de este siglo? ¿no
ha enloquecido Dios la sabiduría del
mundo?
-
Porque
por no haber el mundo conocido en la
sabiduría de Dios á Dios por
sabiduría, agradó á Dios salvar á
los creyentes por la locura de la
predicación.
-
Porque
los Judíos piden señales, y los
Griegos buscan sabiduría:
-
Mas
nosotros predicamos á Cristo
crucificado, á los Judíos
ciertamente tropezadero, y á los
Gentiles locura;
-
Empero á
los llamados, así Judíos como
Griegos, Cristo potencia de Dios, y
sabiduría de Dios.
-
Porque
lo loco de Dios es más sabio que los
hombres; y lo flaco de Dios es más
fuerte que los hombres.
-
Porque
mirad, hermanos, vuestra vocación,
que no sois muchos sabios según la
carne, no muchos poderosos, no
muchos nobles;
-
Antes lo
necio del mundo escogió Dios, para
avergonzar á los sabios; y lo flaco
del mundo escogió Dios, para
avergonzar lo fuerte;
-
Y lo vil
del mundo y lo menos preciado
escogió Dios, y lo que no es, para
deshacer lo que es:
-
Para que
ninguna carne se jacte en su
presencia.
-
Mas de
él sois vosotros en Cristo Jesús, el
cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, y justificación, y
santificación, y redención:
-
Para
que, como está escrito: El que se
gloría, gloríese en el Señor.
-
ASÍ que,
hermanos, cuando fuí á vosotros, no
fuí con altivez de palabra, ó de
sabiduría, á anunciaros el
testimonio de Cristo.
-
Porque
no me propuse saber algo entre
vosotros, sino á Jesucristo, y á
éste crucificado.
-
Y estuve
yo con vosotros con flaqueza, y
mucho temor y temblor;
-
Y ni mi
palabra ni mi predicación fué con
palabras persuasivas de humana
sabiduría, mas con demostración del
Espíritu y de poder;
-
Para que
vuestra fe no esté fundada en
sabiduría de hombres, mas en poder
de Dios.
-
Empero
hablamos sabiduría de Dios entre
perfectos; y sabiduría, no de este
siglo, ni de los príncipes de este
siglo, que se deshacen:
-
Mas
hablamos sabiduría de Dios en
misterio, la sabiduría oculta, la
cual Dios predestinó antes de los
siglos para nuestra gloria:
-
La que
ninguno de los príncipes de este
siglo conoció; porque si la hubieran
conocido, nunca hubieran crucificado
al Señor de gloria:
-
Antes,
como está escrito: Cosas que ojo no
vió, ni oreja oyó, Ni han subido en
corazón de hombre, Son las que ha
Dios preparado para aquellos que le
aman.
-
Empero
Dios nos lo reveló á nosotros por el
Espíritu: porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.
-
Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas
del hombre, sino el espíritu del
hombre que está en él? Así tampoco
nadie conoció las cosas de Dios,
sino el Espíritu de Dios.
-
Y
nosotros hemos recibido, no el
espíritu del mundo, sino el Espíritu
que es de Dios, para que conozcamos
lo que Dios nos ha dado;
-
Lo cual
también hablamos, no con doctas
palabras de humana sabiduría, mas
con doctrina del Espíritu,
acomodando lo espiritual á lo
espiritual.
-
Mas el
hombre animal no percibe las cosas
que son del Espíritu de Dios, porque
le son locura: y no las puede
entender, porque se han de examinar
espiritualmente.
-
Empero
el espiritual juzga todas las cosas;
mas él no es juzgado de nadie.
-
Porque
¿quién conoció la mente del Señor?
¿quién le instruyó? Mas nosotros
tenemos la mente de Cristo.
-
DE
manera que yo, hermanos, no pude
hablaros como á espirituales, sino
como á carnales, como á niños en
Cristo.
-
Os dí á
beber leche, y no vianda: porque aun
no podíais, ni aun podéis ahora;
-
Porque
todavía sois carnales: pues habiendo
entre vosotros celos, y contiendas,
y disensiones, ¿no sois carnales, y
andáis como hombres?
-
Porque
diciendo el uno: Yo cierto soy de
Pablo; y el otro: Yo de Apolos; ¿no
sois carnales?
-
¿Qué
pues es Pablo? ¿y qué es Apolos?
Ministros por los cuales habéis
creído; y eso según que á cada uno
ha concedido el Señor.
-
Yo
planté, Apolos regó: mas Dios ha
dado el crecimiento.
-
Así que,
ni el que planta es algo, ni el que
riega; sino Dios, que da el
crecimiento.
-
Y el que
planta y el que riega son una misma
cosa; aunque cada uno recibirá su
recompensa conforme á su labor.
-
Porque
nosotros, coadjutores somos de Dios;
y vosotros labranza de Dios sois,
edificio de Dios sois.
-
Conforme
á la gracia de Dios que me ha sido
dada, yo como perito arquitecto puse
el fundamento, y otro edifica
encima: empero cada uno vea cómo
sobreedifica.
-
Porque
nadie puede poner otro fundamento
que el que está puesto, el cual es
Jesucristo.
-
Y si
alguno edificare sobre este
fundamento oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca;
-
La obra
de cada uno será manifestada: porque
el día la declarará; porque por el
fuego será manifestada; y la obra de
cada uno cuál sea, el fuego hará la
prueba.
-
Si
permaneciere la obra de alguno que
sobreedificó, recibirá recompensa.
-
Si la
obra de alguno fuere quemada, será
perdida: él empero será salvo, mas
así como por fuego.
-
¿No
sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?
-
Si
alguno violare el templo de Dios,
Dios destruirá al tal: porque el
templo de Dios, el cual sois
vosotros, santo es.
-
Nadie se
engañe á sí mismo: si alguno entre
vosotros parece ser sabio en este
siglo, hágase simple, para ser
sabio.
-
Porque
la sabiduría de esta mundo es
necedad para con Dios; pues escrito
está: El que prende á los sabios en
la astucia de ellos.
-
Y otra
vez: El Señor conoce los
pensamientos de los sabios, que son
vanos.
-
Así que,
ninguno se gloríe en los hombres;
porque todo es vuestro,
-
Sea
Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el
mundo, sea la vida, sea la muerte,
sea lo presente, sea los por venir;
todo es vuestro;
-
Y
vosotros de Cristo; y Cristo de
Dios.
-
TÉNGANNOS los hombres por ministros
de Cristo, y dispensadores de los
misterios de Dios.
-
Mas
ahora se requiere en los
dispensadores, que cada uno sea
hallado fiel.
-
Yo en
muy poco tengo el ser juzgado de
vosotros, ó de juicio humano; y ni
aun yo me juzgo.
-
Porque
aunque de nada tengo mala
conciencia, no por eso soy
justificado; mas el que me juzga, el
Señor es.
-
Así que,
no juzguéis nada antes de tiempo,
hasta que venga el Señor, el cual
también aclarará lo oculto de las
tinieblas, y manifestará los
intentos de los corazones: y
entonces cada uno tendrá de Dios la
alabanza.
-
Esto
empero, hermanos, he pasado por
ejemplo en mí y en Apolos por amor
de vosotros; para que en nosotros
aprendáis á no saber más de lo que
está escrito, hinchándoos por causa
de otro el uno contra el otro.
-
Porque
¿quién te distingue? ¿ó qué tienes
que no hayas recibido? Y si lo
recibiste, ¿de qué te glorías como
si no hubieras recibido?
-
Ya
estáis hartos, ya estáis ricos, sin
nosotros reináis; y ojalá reinéis,
para que nosotros reinemos también
juntamente con vosotros.
-
Porque á
lo que pienso, Dios nos ha mostrado
á nosotros los apóstoles por los
postreros, como á sentenciados á
muerte: porque somos hechos
espectáculo al mundo, y á los
ángeles, y á los hombres.
-
Nosotros
necios por amor de Cristo, y
vosotros prudentes en Cristo;
nosotros flacos, y vosotros fuertes;
vosotros nobles, y nosotros viles.
-
Hasta
esta hora hambreamos, y tenemos sed,
y estamos desnudos, y somos heridos
de golpes, y andamos vagabundos;
-
Y
trabajamos, obrando con nuestras
manos: nos maldicen, y bendecimos:
padecemos persecución, y sufrimos:
-
Somos
blasfemados, y rogamos: hemos venido
á ser como la hez del mundo, el
desecho de todos hasta ahora.
-
No
escribo esto para avergonzaros: mas
amonéstoos como á mis hijos amados.
-
Porque
aunque tengáis diez mil ayos en
Cristo, no tendréis muchos padres;
que en Cristo Jesús yo os engendré
por el evangelio.
-
Por
tanto, os ruego que me imitéis.
-
Por lo
cual os he enviado á Timoteo, que es
mi hijo amado y fiel en el Señor, el
cual os amonestará de mis caminos
cuáles sean en Cristo, de la manera
que enseño en todas partes en todas
las iglesias.
-
Mas
algunos están envanecidos, como si
nunca hubiese yo de ir á vosotros.
-
Empero
iré presto á vosotros, si el Señor
quisiere; y entenderé, no las
palabras de los que andan hinchados,
sino la virtud.
-
Porque
el reino de Dios no consiste en
palabras, sino en virtud.
-
¿Qué
queréis? ¿iré á vosotros con vara, ó
con caridad y espíritu de
mansedumbre?
-
DE
cierto se oye que hay entre vosotros
fornicación, y tal fornicación cual
ni aun se nombra entre los Gentiles;
tanto que alguno tenga la mujer de
su padre.
-
Y
vosotros estáis hinchados, y no más
bien tuvisteis duelo, para que fuese
quitado de en medio de vosotros el
que hizo tal obra.
-
Y
ciertamente, como ausente con el
cuerpo, mas presente en espíritu, ya
como presente he juzgado al que esto
así ha cometido:
-
En el
nombre del Señor nuestro Jesucristo,
juntados vosotros y mi espíritu, con
la facultad de nuestro Señor
Jesucristo,
-
El tal
sea entregado á Satanás para muerte
de la carne, porque el espíritu sea
salvo en el día del Señor Jesús.
-
No es
buena vuestra jactancia. ¿No sabéis
que un poco de levadura leuda toda
la masa?
-
Limpiad
pues la vieja levadura, para que
seáis nueva masa, como sois sin
levadura: porque nuestra pascua, que
es Cristo, fué sacrificada por
nosotros.
-
Así que
hagamos fiesta, no en la vieja
levadura, ni en la levadura de
malicia y de maldad, sino en ázimos
de sinceridad y de verdad.
-
Os he
escrito por carta, que no os
envolváis con los fornicarios:
-
No
absolutamente con los fornicarios de
este mundo, ó con los avaros, ó con
los ladrones, ó con los idólatras;
pues en tal caso os sería menester
salir del mundo.
-
Mas
ahora os he escrito, que no os
envolváis, es á saber, que si alguno
llamándose hermano fuere fornicario,
ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente,
ó borracho, ó ladrón, con el tal ni
aun comáis.
-
Porque
¿qué me va á mí en juzgar á los que
están fuera? ¿No juzgáis vosotros á
los que están dentro?
-
Porque á
los que están fuera, Dios juzgará:
quitad pues á ese malo de entre
vosotros.
-
¿OSA
alguno de vosotros, teniendo algo
con otro, ir á juicio delante de los
injustos, y no delante de los
santos?
-
¿O no
sabéis que los santos han de juzgar
al mundo? Y si el mundo ha de ser
juzgado por vosotros, ¿sois indignos
de juzgar cosas muy pequeñas?
-
¿O no
sabéis que hemos de juzgar á los
angeles? ¿cuánto más las cosas de
este siglo?
-
Por
tanto, si hubiereis de tener juicios
de cosas de este siglo, poned para
juzgar á los que son de menor estima
en la iglesia.
-
Para
avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no
hay entre vosotros sabio, ni aun uno
que pueda juzgar entre sus hermanos;
-
Sino que
el hermano con el hermano pleitea en
juicio, y esto ante los infieles?
-
Así que,
por cierto es ya una falta en
vosotros que tengáis pleitos entre
vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís
antes la injuria? ¿por qué no sufrís
antes ser defraudados?
-
Empero
vosotros hacéis la injuria, y
defraudáis, y esto á los hermanos.
-
¿No
sabéis que los injustos no poseerán
el reino de Dios? No erréis, que ni
los fornicarios, ni los idólatras,
ni los adúlteros, ni los afeminados,
ni los que se echan con varones,
-
Ni los
ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los maldicientes, ni
los robadores, heredarán el reino de
Dios.
-
Y esto
erais algunos: mas ya sois lavados,
mas ya sois santificados, mas ya
sois justificados en el nombre del
Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios.
-
Todas
las cosas me son lícitas, mas no
todas convienen: todas las cosas me
son lícitas, mas yo no me meteré
debajo de potestad de nada.
-
Las
viandas para el vientre, y el
vientre para las viandas; empero y á
él y á ellas deshará Dios. Mas el
cuerpo no es para la fornicación,
sino para el Señor; y el Señor para
el cuerpo:
-
Y Dios
que levantó al Señor, también á
nosotros nos levantará con su poder.
-
¿No
sabéis que vuestros cuerpos son
miembros de Cristo? ¿Quitaré pues
los miembros de Cristo, y los haré
miembros de una ramera? Lejos sea.
-
¿O no
sabéis que el que se junta con una
ramera, es hecho con ella un cuerpo?
porque serán, dice, los dos en una
carne.
-
Empero
el que se junta con el Señor, un
espíritu es.
-
Huid la
fornicación. Cualquier otro pecado
que el hombre hiciere, fuera del
cuerpo es; mas el que fornica,
contra su propio cuerpo peca.
-
¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, el cual
está en vosotros, el cual tenéis de
Dios, y que no sois vuestros?
-
Porque
comprados sois por precio:
glorificad pues á Dios en vuestro
cuerpo y en vuestro espíritu, los
cuales son de Dios.
-
CUANTO á
las cosas de que me escribisteis,
bien es al hombre no tocar mujer.
-
Mas á
causa de las fornicaciones, cada uno
tenga su mujer, y cada una tenga su
marido.
-
El
marido pague á la mujer la debida
benevolencia; y asimismo la mujer al
marido.
-
La mujer
no tiene potestad de su propio
cuerpo, sino el marido: é igualmente
tampoco el marido tiene potestad de
su propio cuerpo, sino la mujer.
-
No os
defraudéis el uno al otro, á no ser
por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos en la
oración: y volved á juntaros en uno,
porque no os tiente Satanás á causa
de vuestra incontinencia.
-
Mas esto
digo por permisión, no por
mandamiento.
-
Quisiera
más bien que todos los hombres
fuesen como yo: empero cada uno
tiene su propio don de Dios; uno á
la verdad así, y otro así.
-
Digo
pues á los solteros y á las viudas,
que bueno les es si se quedaren como
yo.
-
Y si no
tienen don de continencia, cásense;
que mejor es casarse que quemarse.
-
Mas á
los que están juntos en matrimonio,
denuncio, no yo, sino el Señor: Que
la mujer no se aparte del marido;
-
Y si se
apartare, que se quede sin casar, ó
reconcíliese con su marido; y que el
marido no despida á su mujer.
-
Y á los
demás yo digo, no el Señor: si algún
hermano tiene mujer infiel, y ella
consiente en habitar con él, no la
despida.
-
Y la
mujer que tiene marido infiel, y él
consiente en habitar con ella, no lo
deje.
-
Porque
el marido infiel es santificado en
la mujer, y la mujer infiel en el
marido: pues de otra manera vuestros
hijos serían inmundos; empero ahora
son santos.
-
Pero si
el infiel se aparta, apártese: que
no es el hermano ó la hermana sujeto
á servidumbre en semejante caso;
antes á paz nos llamó Dios.
-
Porque
¿de dónde sabes, oh mujer, si quizá
harás salva á tu marido? ¿ó de dónde
sabes, oh marido, si quizá harás
salvo á tu mujer?
-
Empero
cada uno como el Señor le repartió,
y como Dios llamó á cada uno, así
ande: y así enseño en todas las
iglesias.
-
¿Es
llamado alguno circuncidado? quédese
circunciso. ¿Es llamado alguno
incircuncidado? que no se
circuncide.
-
La
circuncisión nada es, y la
incircuncisión nada es; sino la
observancia de las mandamientos de
Dios.
-
Cada uno
en la vocación en que fué llamado,
en ella se quede.
-
¿Eres
llamado siendo siervo? no se te dé
cuidado; mas también si puedes
hacerte libre, procúralo más.
-
Porque
el que en el Señor es llamado siendo
siervo, liberto es del Señor:
asimismo también el que es llamado
siendo libre, siervo es de Cristo.
-
Por
precio sois comprados; no os hagáis
siervos de los hombres.
-
Cada
uno, hermanos, en lo que es llamado,
en esto se quede para con Dios.
-
Empero
de las vírgenes no tengo mandamiento
del Señor; mas doy mi parecer, como
quien ha alcanzado misericordia del
Señor para ser fiel.
-
Tengo,
pues, esto por bueno á causa de la
necesidad que apremia, que bueno es
al hombre estarse así.
-
¿Estás
ligado á mujer? no procures
soltarte. ¿Estáis suelto de mujer?
no procures mujer.
-
Mas
también si tomares mujer, no
pecaste; y si la doncella se casare,
no pecó: pero aflicción de carne
tendrán los tales; mas yo os dejo.
-
Esto
empero digo, hermanos, que el tiempo
es corto: lo que resta es, que los
que tienen mujeres sean como los que
no las tienen,
-
Y los
que lloran, como los que no lloran;
y los que se huelgan, como los que
no se huelgan; y los que compran,
como los que no poseen;
-
Y los
que usan de este mundo, como los que
no usan: porque la apariencia de
este mundo se pasa.
-
Quisiera, pues, que estuvieseis sin
congoja. El soltero tiene cuidado de
las cosas que son del Señor, cómo ha
de agradar al Señor:
-
Empero
el que se casó tiene cuidado de las
cosas que son del mundo, cómo ha de
agradar á su mujer.
-
Hay
asimismo diferencia entre la casada
y la doncella: la doncella tiene
cuidado de las cosas del Señor, para
ser santa así en el cuerpo como en
el espíritu: mas la casada tiene
cuidado de las cosas del mundo, cómo
ha de agradar á su marido.
-
Esto
empero digo para vuestro provecho;
no para echaros lazo, sino para lo
honesto y decente, y para que sin
impedimento os lleguéis al Señor.
-
Mas, si
á alguno parece cosa fea en su hija
virgen, que pase ya de edad, y que
así conviene que se haga, haga lo
que quisiere, no peca; cásese.
-
Pero el
que está firme en su corazón, y no
tiene necesidad, sino que tiene
libertad de su voluntad, y determinó
en su corazón esto, el guardar su
hija virgen, bien hace.
-
Así que,
el que la da en casamiento, bien
hace; y el que no la da en
casamiento, hace mejor.
-
La mujer
casada está atada á la ley, mientras
vive su marido; mas si su marido
muriere, libre es: cásese con quien
quisiere, con tal que sea en el
Señor.
-
Empero
más venturosa será si se quedare
así, según mi consejo; y pienso que
también yo tengo Espíritu de Dios.
-
Y POR lo
que hace á lo sacrificado á los
ídolos, sabemos que todos tenemos
ciencia. La ciencia hincha, mas la
caridad edifica.
-
Y si
alguno se imagina que sabe algo, aun
no sabe nada como debe saber.
-
Mas si
alguno ama á Dios, el tal es
conocido de él.
-
Acerca,
pues, de las viandas que son
saacrificadas á los ídolos, sabemos
que el ídolo nada es en el mundo, y
que no hay más de un Dios.
-
Porque
aunque haya algunos que se llamen
dioses, ó en el cielo, ó en la
tierra (como hay muchos dioses y
muchos señores),
-
Nosotros
empero no tenemos más de un Dios, el
Padre, del cual son todas las cosas,
y nosotros en él: y un Señor
Jesucristo, por el cual son todas
las cosas, y nosotros por él.
-
Mas no
en todos hay esta ciencia: porque
algunos con conciencia del ídolo
hasta aquí, comen como sacrificado á
ídolos; y su conciencia, siendo
flaca, es contaminada.
-
Si bien
la vianda no nos hace más aceptos á
Dios: porque ni que comamos, seremos
más ricos; ni que no comamos,
seremos más pobres.
-
Mas
mirad que esta vuestra libertad no
sea tropezadero á los que son
flacos.
-
Porque
si te ve alguno, á ti que tienes
ciencia, que estás sentado á la mesa
en el lugar de los ídolos, ¿la
conciencia de aquel que es flaco, no
será adelantada á comer de lo
sacrificado á los ídolos?
-
Y por tu
ciencia se perderá el hermano flaco
por el cual Cristo murió.
-
De esta
manera, pues, pecando contra los
hermanos, é hiriendo su flaca
conciencia, contra Cristo pecáis.
-
Por lo
cual, si la comida es á mi hermano
ocasión de caer, jamás comeré carne
por no escandalizar á mi hermano.
-
¿NO soy
apóstol? ¿no soy libre? ¿no he visto
á Jesús el Señor nuestro? ¿no sois
vosotros mi obra en el Señor?
-
Si á los
otros no soy apóstol, á vosotros
ciertamente lo soy: porque el sello
de mi apostolado sois vosotros en el
Señor.
-
Esta es
mi respuesta á los que me preguntan.
-
Qué, ¿no
tenemos potestad de comer y de
beber?
-
¿No
tenemos potestad de traer con
nosotros una hermana mujer también
como los otros apóstoles, y los
hermanos del Señor, y Cefas?
-
¿O sólo
yo y Bernabé no tenemos potestad de
no trabajar?
-
¿Quién
jamás peleó á sus expensas? ¿quién
planta viña, y no come de su fruto?
¿ó quién apacienta el ganado, y no
come de la leche del ganado?
-
¿Digo
esto según los hombres? ¿no dice
esto también la ley?
-
Porque
en la ley de Moisés está escrito: No
pondrás bozal al buey que trilla.
¿Tiene Dios cuidado de los bueyes?
-
¿O
dícelo enteramente por nosotros?
Pues por nosotros está escrito:
porque con esperanza ha de arar el
que ara; y el que trilla, con
esperanza de recibir el fruto.
-
Si
nosotros os sembramos lo espiritual,
¿es gran cosa si segáremos lo
vuestro carnal?
-
Si otros
tienen en vosotros esta potestad,
¿no más bien nosotros? Mas no hemos
usado de esta potestad: antes lo
sufrimos todo, por no poner ningún
obstáculo al evangelio de Cristo.
-
¿No
sabéis que los que trabajan en el
santuario, comen del santuario; y
que los que sirven al altar, del
altar participan?
-
Así
también ordenó el Señor á los que
anuncian el evangelio, que vivan del
evangelio.
-
Mas yo
de nada de esto me aproveché: ni
tampoco he escrito esto para que se
haga así conmigo; porque tengo por
mejor morir, antes que nadie haga
vana esta mi gloria.
-
Pues
bien que anuncio el evangelio, no
tengo por qué gloriarme porque me es
impuesta necesidad; y ¡ay de mí si
no anunciare el evangelio!
-
Por lo
cual, si lo hago de voluntad, premio
tendré; mas si por fuerza, la
dispensación me ha sido encargada.
-
¿Cuál,
pues, es mi merced? Que predicando
el evangelio, ponga el evangelio de
Cristo de balde, para no usar mal de
mi potestad en el evangelio.
-
Por lo
cual, siendo libre para con todos,
me he hecho siervo de todos por
ganar á más.
-
Heme
hecho á los Judíos como Judío, por
ganar á los Judíos; á los que están
sujetos á la ley (aunque yo no sea
sujeto á la ley) como sujeto á la
ley, por ganar á los que están
sujetos á la ley;
-
A los
que son sin ley, como si yo fuera
sin ley, (no estando yo sin ley de
Dios, mas en la ley de Cristo) por
ganar á los que estaban sin ley.
-
Me he
hecho á los flacos flaco, por ganar
á los flacos: á todos me he hecho
todo, para que de todo punto salve á
algunos.
-
Y esto
hago por causa del evangelio, por
hacerme juntamente participante de
él.
-
¿No
sabéis que los que corren en el
estadio, todos á la verdad corren,
mas uno lleva el premio? Corred de
tal manera que lo obtengáis.
-
Y todo
aquel que lucha, de todo se
abstiene: y ellos, á la verdad, para
recibir una corona corruptible; mas
nosotros, incorruptible.
-
Así que,
yo de esta manera corro, no como á
cosa incierta; de esta manera peleo,
no como quien hiere el aire:
-
Antes
hiero mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre; no sea que, habiendo
predicado á otros, yo mismo venga á
ser reprobado.
-
PORQUE
no quiero, hermanos, que ignoréis
que nuestros padres todos estuvieron
bajo la nube, y todos pasaron la
mar;
-
Y todos
en Moisés fueron bautizados en la
nube y en la mar;
-
Y todos
comieron la misma vianda espiritual;
-
Y todos
bebieron la misma bebida espiritual;
porque bebían de la piedra
espiritual que los seguía, y la
piedra era Cristo.
-
Mas de
muchos de ellos no se agradó Dios;
por lo cual fueron postrados en el
desierto.
-
Empero
estas cosas fueron en figura de
nosotros, para que no codiciemos
cosas malas, como ellos codiciaron.
-
Ni seáis
honradores de ídolos, como algunos
de ellos, según está escrito:
Sentóse el pueblo á comer y á beber,
y se levantaron á jugar.
-
Ni
forniquemos, como algunos de ellos
fornicaron, y cayeron en un día
veinte y tres mil.
-
Ni
tentemos á Cristo, como también
algunos de ellos le tentaron, y
perecieron por las serpientes.
-
Ni
murmuréis, como algunos de ellos
murmuraron, y perecieron por el
destructor.
-
Y estas
cosas les acontecieron en figura; y
son escritas para nuestra
admonición, en quienes los fines de
los siglos han parado.
-
Así que,
el que piensa estar firme, mire no
caiga.
-
No os ha
tomado tentación, sino humana: mas
fiel es Dios, que no os dejará ser
tentados más de lo que podeís
llevar; antes dará también
juntamente con la tentación la
salida, para que podáis aguantar.
-
Por
tanto, amados míos, huid de la
idolatría.
-
Como á
sabios hablo; juzgad vosotros lo que
digo.
-
La copa
de bendición que bendecimos, ¿no es
la comunión de la sangre de Cristo?
El pan que partimos, ¿no es la
comunión del cuerpo de Cristo?
-
Porque
un pan, es que muchos somos un
cuerpo; pues todos participamos de
aquel un pan.
-
Mirad á
Israel según la carne: los que comen
de los sacrificios ¿no son
partícipes con el altar?
-
¿Qué
pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó
que sea algo lo que es sacrificado á
los ídolos?
-
Antes
digo que lo que los Gentiles
sacrifican, á los demonios lo
sacrifican, y no á Dios: y no
querría que vosotros fueseis
partícipes con los demonios.
-
No
podéis beber la copa del Señor, y la
copa de los demonios: no podéis ser
partícipes de la mesa del Señor, y
de la mesa de los demonios.
-
¿O
provocaremos á celo al Señor? ¿Somos
más fuertes que él?
-
Todo me
es lícito, mas no todo conviene:
todo me es lícito, mas no todo
edifica.
-
Ninguno
busque su propio bien, sino el del
otro.
-
De todo
lo que se vende en la carnicería,
comed, sin preguntar nada por causa
de la conciencia;
-
Porque
del Señor es la tierra y lo que la
hinche.
-
Y si
algún infiel os llama, y queréis ir,
de todo lo que se os pone delante
comed, sin preguntar nada por causa
de la conciencia.
-
Mas si
alguien os dijere: Esto fué
sacrificado á los ídolos: no lo
comáis, por causa de aquel que lo
declaró, y por causa de la
conciencia: porque del Señor es la
tierra y lo que la hinche.
-
La
conciencia, digo, no tuya, sino del
otro. Pues ¿por qué ha de ser
juzgada mi libertad por otra
conciencia?
-
Y si yo
con agradecimiento participo, ¿por
qué he de ser blasfemado por lo que
doy gracias?
-
Si pues
coméis, ó bebéis, ó hacéis otra
cosa, haced lo todo á gloria de
Dios.
-
Sed sin
ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á
la iglesia de Dios;
-
Como
también yo en todas las cosas
complazco á todos, no procurando mi
propio beneficio, sino el de muchos,
para que sean salvos.
-
SED
imitadores de mí, así como yo de
Cristo.
-
Y os
alabo, hermanos, que en todo os
acordáis de mi, y retenéis las
instrucciones mías, de la manera que
os enseñé.
-
Mas
quiero que sepáis, que Cristo es la
cabeza de todo varón; y el varón es
la cabeza de la mujer; y Dios la
cabeza de Cristo.
-
Todo
varón que ora ó profetiza cubierta
la cabeza, afrenta su cabeza.
-
Mas toda
mujer que ora ó profetiza no
cubierta su cabeza, afrenta su
cabeza; porque lo mismo es que si se
rayese.
-
Porque
si la mujer no se cubre, trasquílese
también: y si es deshonesto á la
mujer trasquilarse ó raerse,
cúbrase.
-
Porque
el varón no ha de cubrir la cabeza,
porque es imagen y gloria de Dios:
mas la mujer es gloria del varón.
-
Porque
el varón no es de la mujer, sino la
mujer del varón.
-
Porque
tampoco el varón fué criado por
causa de la mujer, sino la mujer por
causa del varón.
-
Por lo
cual, la mujer debe tener señal de
potestad sobre su cabeza, por causa
de los ángeles.
-
Mas ni
el varón sin la mujer, ni la mujer
sin el varón, en el Señor.
-
Porque
como la mujer es del varón, así
también el varón es por la mujer:
empero todo de Dios.
-
Juzgad
vosotros mismos: ¿es honesto orar la
mujer á Dios no cubierta?
-
La misma
naturaleza ¿no os enseña que al
hombre sea deshonesto criar cabello?
-
Por el
contrario, á la mujer criar el
cabello le es honroso; porque en
lugar de velo le es dado el cabello.
-
Con todo
eso, si alguno parece ser
contencioso, nosotros no tenemos tal
costumbre, ni las iglesias de Dios.
-
Esto
empero os denuncio, que no alabo,
que no por mejor sino por peor os
juntáis.
-
Porque
lo primero, cuando os juntáis en la
iglesia, oigo que hay entre vosotros
disensiones; y en parte lo creo.
-
Porque
preciso es que haya entre vosotros
aun herejías, para que los que son
probados se manifiesten entre
vosotros.
-
Cuando
pues os juntáis en uno, esto no es
comer la cena del Señor.
-
Porque
cada uno toma antes para comer su
propia cena; y el uno tiene hambre,
y el otro está embriagado.
-
Pues
qué, ¿no tenéis casas en que comáis
y bebáis? ¿ó menospreciáis la
iglesia de Dios, y avergonzáis á los
que no tienen? ¿Qué os diré? ¿os
alabaré? En esto no os alabo.
-
Porque
yo recibí del Señor lo que también
os he enseñado: Que el Señor Jesús,
la noche que fué entregado, tomó
pan;
-
Y
habiendo dado gracias, lo partió, y
dijo: Tomad, comed: esto es mi
cuerpo que por vosotros es partido:
haced esto en memoria de mí.
-
Asimismo
tomó también la copa, después de
haber cenado, diciendo: Esta copa es
el nuevo pacto en mi sangre: haced
esto todas las veces que bebiereis,
en memoria de mí.
-
Porque
todas las veces que comiereis este
pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que
venga.
-
De
manera que, cualquiera que comiere
este pan ó bebiere esta copa del
Señor indignamente, será culpado del
cuerpo y de la sangre del Señor.
-
Por
tanto, pruébese cada uno á sí mismo,
y coma así de aquel pan, y beba de
aquella copa.
-
Porque
el que come y bebe indignamente,
juicio come y bebe para sí, no
discerniendo el cuerpo del Señor.
-
Por lo
cual hay muchos enfermos y
debilitados entre vosotros; y muchos
duermen.
-
Que si
nos examinásemos á nosotros mismos,
cierto no seríamos juzgados.
-
Mas
siendo juzgados, somos castigados
del Señor, para que no seamos
condenados con el mundo.
-
Así,
que, hermanos míos, cuando os
juntáis á comer, esperaos unos á
otros.
-
Si
alguno tuviere hambre, coma en su
casa, porque no os juntéis para
juicio. Las demás cosas ordenaré
cuando llegare.
-
Y ACERCA
de los dones espirituales, no
quiero, hermanos, que ignoréis.
-
Sabéis
que cuando erais Gentiles, ibais,
como erais llevados, a los ídolos
mudos.
-
Por
tanto os hago saber, que nadie que
hable por Espíritu de Dios, llama
anatema á Jesús; y nadie puede
llamar á Jesús Señor, sino por
Espíritu Santo.
-
Empero
hay repartimiento de dones; mas el
mismo Espíritu es.
-
Y hay
repartimiento de ministerios; mas el
mismo Señor es.
-
Y hay
repartimiento de operaciones; mas el
mismo Dios es el que obra todas las
cosas en todos.
-
Empero á
cada uno le es dada manifestación
del Espíritu para provecho.
-
Porque á
la verdad, á éste es dada por el
Espíritu palabra de sabiduría; á
otro, palabra de ciencia según el
mismo Espíritu;
-
A otro,
fe por el mismo Espíritu, y á otro,
dones de sanidades por el mismo
Espíritu;
-
A otro,
operaciones de milagros, y á otro,
profecía; y á otro, discreción de
espíritus; y á otro, géneros de
lenguas; y á otro, interpretación de
lenguas.
-
Mas
todas estas cosas obra uno y el
mismo Espíritu, repartiendo
particularmente á cada uno como
quiere.
-
Porque
de la manera que el cuerpo es uno, y
tiene muchos miembros, empero todos
los miembros del cuerpo, siendo
muchos, son un cuerpo, así también
Cristo.
-
Porque
por un Espíritu somos todos
bautizados en un cuerpo, ora Judíos
ó Griegos, ora siervos ó libres; y
todos hemos bebido de un mismo
Espíritu.
-
Pues ni
tampoco el cuerpo es un miembro,
sino muchos.
-
Si
dijere el pie: Porque no soy mano,
no soy del cuerpo: ¿por eso no será
del cuerpo?
-
Y si
dijere la oreja: Porque no soy ojo,
no soy del cuerpo: ¿por eso no será
del cuerpo?
-
Si todo
el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría
el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde
estaría el olfato?
-
Mas
ahora Dios ha colocado los miembros
cada uno de ellos en el cuerpo, como
quiso.
-
Que si
todos fueran un miembro, ¿dónde
estuviera el cuerpo?
-
Mas
ahora muchos miembros son á la
verdad, empero un cuerpo.
-
Ni el
ojo puede decir á la mano: No te he
menester: ni asimismo la cabeza á
los pies: No tengo necesidad de
vosotros.
-
Antes,
mucho más los miembros del cuerpo
que parecen más flacos, son
necesarios;
-
Y á
aquellos del cuerpo que estimamos
ser más viles, á éstos vestimos más
honrosamente; y los que en nosotros
son menos honestos, tienen más
compostura.
-
Porque
los que en nosotros son más
honestos, no tienen necesidad: mas
Dios ordenó el cuerpo, dando más
abundante honor al que le faltaba;
-
Para que
no haya desavenencia en el cuerpo,
sino que los miembros todos se
interesen los unos por los otros.
-
Por
manera que si un miembro padece,
todos los miembros á una se duelen;
y si un miembro es honrado, todos
los miembros á una se gozan.
-
Pues
vosotros sois el cuerpo de Cristo, y
miembros en parte.
-
Y á unos
puso Dios en la iglesia,
primeramente apóstoles, luego
profetas, lo tercero doctores; luego
facultades; luego dones de
sanidades, ayudas, gobernaciones,
géneros de lenguas.
-
¿Son
todos apóstoles? ¿son todos
profetas? ¿todos doctores? ¿todos
facultades?
-
¿Tienen
todos dones de sanidad? ¿hablan
todos lenguas? ¿interpretan todos?
-
Empero
procurad los mejores dones; mas aun
yo os muestro un camino más
excelente.
-
SI yo
hablase lenguas humanas y angélicas,
y no tengo caridad, vengo á ser como
metal que resuena, ó címbalo que
retiñe.
-
Y si
tuviese profecía, y entendiese todos
los misterios y toda ciencia; y si
tuviese toda la fe, de tal manera
que traspasase los montes, y no
tengo caridad, nada soy.
-
Y si
repartiese toda mi hacienda para dar
de comer a pobres, y si entregase mi
cuerpo para ser quemado, y no tengo
caridad, de nada me sirve.
-
La
caridad es sufrida, es benigna; la
caridad no tiene envidia, la caridad
no hace sinrazón, no se ensancha;
-
No es
injuriosa, no busca lo suyo, no se
irrita, no piensa el mal;
-
No se
huelga de la injusticia, mas se
huelga de la verdad;
-
Todo lo
sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta.
-
La
caridad nunca deja de ser: mas las
profecías se han de acabar, y
cesarán las lenguas, y la ciencia ha
de ser quitada;
-
Porque
en parte conocemos, y en parte
profetizamos;
-
Mas
cuando venga lo que es perfecto,
entonces lo que es en parte será
quitado.
-
Cuando
yo era niño, hablaba como niño,
pensaba como niño, juzgaba como
niño, mas cuando ya fuí hombre
hecho, dejé lo que era de niño.
-
Ahora
vemos por espejo, en obscuridad; mas
entonces veremos cara á cara: ahora
conozco en parte; mas entonces
conoceré como soy conocido.
-
Y ahora
permanecen la fe, la esperanza, y la
caridad, estas tres: empero la mayor
de ellas es la caridad.
-
SEGUID
la caridad; y procurad los dones
espirituales, mas sobre todo que
profeticéis.
-
Porque
el que habla en lenguas, no habla á
los hombres, sino á Dios; porque
nadie le entiende, aunque en
espíritu hable misterios.
-
Mas el
que profetiza, habla á los hombres
para edificación, y exhortación, y
consolación.
-
El que
habla lengua extraña, á sí mismo se
edifica; mas el que porfetiza,
edifica á la iglesia.
-
Así que,
quisiera que todos vosotros
hablaseis lenguas, empero más que
profetizaseis: porque mayor es el
que profetiza que el que habla
lenguas, si también no interpretare,
para que la iglesia tome
edificación.
-
Ahora
pues, hermanos, si yo fuere á
vosotros hablando lenguas, ¿qué os
aprovecharé, si no os hablare, ó con
revelación, ó con ciencia, ó con
profecía, ó con doctrina?
-
Ciertamente las cosas inanimadas que
hacen sonidos, como la flauta ó la
vihuela, si no dieren distinción de
voces, ¿comó se sabrá lo que se tañe
con la flauta, ó con la vihuela?
-
Y si la
trompeta diere sonido incierto,
¿quién se apercibirá á la batalla?
-
Así
también vosotros, si por la lengua
no diereis palabra bien
significante, ¿cómo se entenderá lo
que se dice? porque hablaréis al
aire.
-
Tantos
géneros de voces, por ejemplo, hay
en el mundo, y nada hay mudo;
-
Mas si
yo ignorare el valor de la voz, seré
bárbaro al que habla, y el que habla
será bárbaro para mí.
-
Así
también vosotros; pues que anheláis
espirituales dones, procurad ser
excelentes para la edificación de la
iglesia.
-
Por lo
cual, el que habla lengua extraña,
pida que la interprete.
-
Porque
si yo orare en lengua desconocida,
mi espíritu ora; mas mi
entendimiento es sin fruto.
-
¿Qué
pues? Oraré con el espíritu, mas
oraré también con entendimiento;
cantaré con el espíritu, mas cantaré
también con entendimiento.
-
Porque
si bendijeres con el espíritu, el
que ocupa lugar de un mero
particular, ¿cómo dirá amén á tu
acción de gracias? pues no sabe lo
que has dicho.
-
Porque
tú, á la verdad, bien haces gracias;
mas el otro no es edificado.
-
Doy
gracias á Dios que hablo lenguas más
que todos vosotros:
-
Pero en
la iglesia más quiero hablar cinco
palabras con mi sentido, para que
enseñe también á los otros, que diez
mil palabras en lengua desconocida.
-
Hermanos, no seáis niños en el
sentido, sino sed niños en la
malicia: empero perfectos en el
sentido.
-
En la
ley está escrito: En otras lenguas y
en otros labios hablaré á este
pueblo; y ni aun así me oirán, dice
el Señor.
-
Así que,
las lenguas por señal son, no á los
fieles, sino á los infieles: mas la
profecía, no á los infieles, sino á
los fieles.
-
De
manera que, si toda la iglesia se
juntare en uno, y todos hablan
lenguas, y entran indoctos ó
infieles, ¿no dirán que estáis
locos?
-
Mas si
todos profetizan, y entra algún
infiel ó indocto, de todos es
convencido, de todos es juzgado;
-
Lo
oculto de su corazón se hace
manifiesto: y así, postrándose sobre
el rostro, adorará á Dios,
declarando que verdaderamente Dios
está en vosotros.
-
¿Qué hay
pues, hermanos? Cuando os juntáis,
cada uno de vosotros tiene salmo,
tiene doctrina, tiene lengua, tiene
revelación, tiene interpretación:
hagáse todo para edificación.
-
Si
hablare alguno en lengua extraña,
sea esto por dos, ó á lo más tres, y
por turno; mas uno interprete.
-
Y si no
hubiere intérprete, calle en la
iglesia, y hable á sí mismo y á
Dios.
-
Asimismo, los profetas hablen dos ó
tres, y los demás juzguen.
-
Y si á
otro que estuviere sentado, fuere
revelado, calle el primero.
-
Porque
podéis todos profetizar uno por uno,
para que todos aprendan, y todos
sean exhortados.
-
Y los
espíritus de los que profetizaren,
sujétense á los profetas;
-
Porque
Dios no es Dios de disensión, sino
de paz; como en todas las iglesias
de los santos.
-
Vuestras
mujeres callen en las
congregaciones; porque no les es
permitido hablar, sino que estén
sujetas, como también la ley dice.
-
Y si
quieren aprender alguna cosa,
pregunten en casa á sus maridos;
porque deshonesta cosa es hablar una
mujer en la congregación.
-
Qué, ¿ha
salido de vosotros la palabra de
Dios? ¿ó á vosotros solos ha
llegado?
-
Si
alguno á su parecer, es profeta, ó
espiritual, reconozca lo que os
escribo, porque son mandamientos del
Señor.
-
Mas el
que ignora, ignore.
-
Así que,
hermanos, procurad profetizar; y no
impidáis el hablar lenguas.
-
Empero
hagáse todo decentemente y con
orden.
-
ADEMÁS
os declaro, hermanos, el evangelio
que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también
perseveráis;
-
Por el
cual asimismo, si retenéis la
palabra que os he predicado, sois
salvos, si no creísteis en vano.
-
Porque
primeramente os he enseñado lo que
asimismo recibí: Que Cristo fué
muerto por nuestros pecados conforme
á las Escrituras;
-
Y que
fué sepultado, y que resucitó al
tercer día, conforme á las
Escrituras;
-
Y que
apareció á Cefas, y después á los
doce.
-
Después
apareció á más de quinientos
hermanos juntos; de los cuales
muchos viven aún, y otros son
muertos.
-
Después
apareció á Jacobo; después á todos
los apóstoles.
-
Y el
postrero de todos, como á un
abortivo, me apareció á mí.
-
Porque
yo soy el más pequeño de los
apóstoles, que no soy digno de ser
llamado apóstol, porque perseguí la
iglesia de Dios.
-
Empero
por la gracia de Dios soy lo que
soy: y su gracia no ha sido en vano
para conmigo; antes he trabajado más
que todos ellos: pero no yo, sino la
gracia de Dios que fué conmigo.
-
Porque,
ó sea yo ó sean ellos, así
predicamos, y así habéis creído.
-
Y si
Cristo es predicado que resucitó de
los muertos ¿cómo dicen algunos
entre vosotros que no hay
resurrección de muertos?
-
Porque
si no hay resurrección de muertos,
Cristo tampoco resucitó:
-
Y si
Cristo no resucitó, vana es entonces
nuestra predicación, vana es también
vuestra fe.
-
Y aun
somos hallados falsos testigos de
Dios; porque hemos testificado de
Dios que él haya levantado á Cristo;
al cual no levantó, si en verdad los
muertos no resucitan.
-
Porque
si los muertos no resucitan, tampoco
Cristo resucitó.
-
Y si
Cristo no resucitó, vuestra fe es
vana; aun estáis en vuestros
pecados.
-
Entonces
también los que durmieron en Cristo
son perdidos.
-
Si en
esta vida solamente esperamos en
Cristo, los más miserables somos de
todos los hombres.
-
Mas
ahora Cristo ha resucitado de los
muertos; primicias de los que
durmieron es hecho.
-
Porque
por cuanto la muerte entró por un
hombre, también por un hombre la
resurrección de los muertos.
-
Porque
así como en Adam todos mueren, así
también en Cristo todos serán
vivificados.
-
Mas cada
uno en su orden: Cristo las
primicias; luego los que son de
Cristo, en su venida.
-
Luego el
fin; cuando entregará el reino á
Dios y al Padre, cuando habrá
quitado todo imperio, y toda
potencia y potestad.
-
Porque
es menester que él reine, hasta
poner á todos sus enemigos debajo de
sus pies.
-
Y el
postrer enemigo que será deshecho,
será la muerte.
-
Porque
todas las cosas sujetó debajo de sus
pies. Y cuando dice: Todas las cosas
son sujetadas á él, claro está
exceptuado aquel que sujetó á él
todas las cosas.
-
Mas
luego que todas las cosas le fueren
sujetas, entonces también el mismo
Hijo se sujetará al que le sujetó á
él todas las cosas, para que Dios
sea todas las cosas en todos.
-
De otro
modo, ¿qué harán los que se bautizan
por los muertos, si en ninguna
manera los muertos resucitan? ¿Por
qué pues se bautizan por los
muertos?
-
¿Y por
qué nosotros peligramos á toda hora?
-
Sí, por
la gloria que en orden á vosotros
tengo en Cristo Jesús Señor nuestro,
cada día muero.
-
Si como
hombre batallé en Efeso contra las
bestias, ¿qué me aprovecha? Si los
muertos no resucitan, comamos y
bebamos, que mañana moriremos.
-
No
erréis: las malas conversaciones
corrompen las buenas costumbres.
-
Velad
debidamente, y no pequéis; porque
algunos no conocen á Dios: para
vergüenza vuestra hablo.
-
Mas dirá
alguno: ¿Cómo resucitarán los
muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
-
Necio,
lo que tú siembras no se vivifica,
si no muriere antes.
-
Y lo que
siembras, no siembras el cuerpo que
ha de salir, sino el grano desnudo,
acaso de trigo, ó de otro grano:
-
Mas Dios
le da el cuerpo como quiso, y á cada
simiente su propio cuerpo.
-
Toda
carne no es la misma carne; mas una
carne ciertamente es la de los
hombres, y otra carne la de los
animales, y otra la de los peces, y
otra la de las aves.
-
Y
cuerpos hay celestiales, y cuerpos
terrestres; mas ciertamente una es
la gloria de los celestiales, y otra
la de los terrestres:
-
Otra es
la gloria del sol, y otra la gloria
de la luna, y otra la gloria de las
estrellas: porque una estrella es
diferente de otra en gloria.
-
Así
también es la resurrección de los
muertos. Se siembra en corrupción se
levantará en incorrupción;
-
Se
siembra en vergüenza, se levantará
con gloria; se siembra en flaqueza,
se levantará con potencia;
-
Se
siembra cuerpo animal, resucitará
espiritual cuerpo. Hay cuerpo
animal, y hay cuerpo espiritual.
-
Así
también está escrito: Fué hecho el
primer hombre Adam en ánima
viviente; el postrer Adam en
espíritu vivificante.
-
Mas lo
espiritual no es primero, sino lo
animal; luego lo espiritual.
-
El
primer hombre, es de la tierra,
terreno: el segundo hombre que es el
Señor, es del cielo.
-
Cual el
terreno, tales también los terrenos;
y cual el celestial, tales también
los celestiales.
-
Y como
trajimos la imagen del terreno,
traeremos también la imagen del
celestial.
-
Esto
empero digo, hermanos: que la carne
y la sangre no pueden heredar el
reino de Dios; ni la corrupción
hereda la incorrupción.
-
He aquí,
os digo un misterio: Todos
ciertamente no dormiremos, mas todos
seremos transformados.
-
En un
momento, en un abrir de ojo, á la
final trompeta; porque será tocada
la trompeta, y los muertos serán
levantados sin corrupción, y
nosotros seremos transformados.
-
Porque
es menester que esto corruptible sea
vestido de incorrupción, y esto
mortal sea vestido de inmortalidad.
-
Y cuando
esto corruptible fuere vestido de
incorrupción, y esto mortal fuere
vestido de inmortalidad, entonces se
efectuará la palabra que está
escrita: Sorbida es la muerte con
victoria.
-
¿Dónde
está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde,
oh sepulcro, tu victoria?
-
Ya que
el aguijón de la muerte es el
pecado, y la potencia del pecado, la
ley.
-
Mas á
Dios gracias, que nos da la victoria
por el Señor nuestro Jesucristo.
-
Así que,
hermanos míos amados, estad firmes y
constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro
trabajo en el Señor no es vano.
-
CUANTO á
la colecta para los santos, haced
vosotros también de la manera que
ordené en las iglesias de Galacia.
-
Cada
primer día de la semana cada uno de
vosotros aparte en su casa,
guardando lo que por la bondad de
Dios pudiere; para que cuando yo
llegare, no se hagan entonces
colectas.
-
Y cuando
habré llegado, los que aprobareis
por cartas, á éstos enviaré que
lleven vuestro beneficio á Jerusalem.
-
Y si
fuere digno el negocio de que yo
también vaya, irán conmigo.
-
Y á
vosotros iré, cuando hubiere pasado
por Macedonia, porque por Macedonia
tengo de pasar.
-
Y podrá
ser que me quede con vosotros, ó
invernaré también, para que vosotros
me llevéis á donde hubiere de ir.
-
Porque
no os quiero ahora ver de paso;
porque espero estar con vosotros
algún tiempo, si el Señor lo
permitiere.
-
Empero
estaré en Efeso hasta Pentecostés;
-
Porque
se me ha abierto puerta grande y
eficaz, y muchos son los
adversarios.
-
Y si
llegare Timoteo, mirad que esté con
vosotros seguramente; porque la obra
del Señor hace también como yo.
-
Por
tanto, nadie le tenga en poco;
antes, llevadlo en paz, para que
venga á mí: porque lo espero con los
hermanos.
-
Acerca
del hermano Apolos, mucho le he
rogado que fuese á vosotros con los
hermanos; mas en ninguna manera tuvo
voluntad de ir por ahora; pero irá
cuando tuviere oportunidad.
-
Velad,
estad firmes en la fe; portaos
varonilmente, y esforzaos.
-
Todas
vuestras cosas sean hechas con
caridad.
-
Y os
ruego, hermanos, (ya sabéis que la
casa de Estéfanas es las primicias
de Acaya, y que se han dedicado al
ministerio de los santos,)
-
Que
vosotros os sujetéis á los tales, y
á todos los que ayudan y trabajan.
-
Huélgome
de la venida de Estéfanas y de
Fortunato y de Achâico: porque éstos
suplieron lo que á vosotros faltaba.
-
Porque
recrearon mi espíritu y el vuestro:
reconoced pues á los tales.
-
Las
iglesias de Asia os saludan. Os
saludan mucho en el Señor Aquila y
Priscila, con la iglesia que está en
su casa.
-
Os
saludan todos los hermanos. Saludaos
los unos á los otros con ósculo
santo.
-
La
salutación de mí, Pablo, de mi mano.
-
El que
no amare al Señor Jesucristo, sea
anatema. Maranatha.
-
La
gracia del Señor Jesucristo sea con
vosotros.
-
Mi amor
en Cristo Jesús sea con todos
vosotros. Amén.
|